Venus ha sido, con gran diferencia, el planeta más observado por la humanidad desde hace milenios. Esto probablemente se deba a que no es muy difícil de ver y a su brillo característico. Asimismo, muchas civilizaciones antiguas le atribuyeron razones mágicas a su belleza observable.
A medida que este planeta fue estudiado con detenimiento y proximidad, los científicos han formulado muchas teorías acerca de su pasado distante. Antes de estudiarle, se creyó que podía albergar vida, pero aún no se sabía que solo era bacteriana. Además de inhóspito, es un lugar hostil para las formas de vida comunes.
Sin embargo, ha habido algunas características que resultan bastante familiares a las de la Tierra. Por ejemplo, su tamaño, composición, proximidad al Sol, entre otras. Por estas razones, los estudios realizados a Venus han sido constantes desde hace décadas y no hay señales de que estos estudios vayan a detenerse pronto.
A causa de esto, es necesario recordar lo que ya se ha estudiado de este planeta en el pasado para saber qué esperar en estudios futuros. De esta forma se podrá comprobar o refutar las teorías actuales que se tienen respecto al mismo, que a su vez están basadas en la información previa.
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El origen del planeta Venus
Venus, al igual que la mayoría de los planetas del sistema solar, comenzó su formación hace aproximadamente cuatro mil millones de años. Dicha formación se compuso principalmente de los restos del disco protoplanetario que le dio inicio al sistema solar después de que se formara la estrella que llamamos Sol.
Luego de su formación inicial y de que las distintas masas a su alrededor se juntaran para componerlo, la gravedad formó su núcleo de hierro fundido y níquel. De esa forma el resto del planeta se compuso principalmente de silicatos convirtiéndolo en un planeta rocoso.
Tras su formación y separación en capas, Venus continuó siendo bombardeada por otros cuerpos astrales menores hasta que se formó su atmósfera. Luego la formación de la densa atmósfera realizó una función de escudo protector, desintegrando los asteroides y meteoritos antes de llegar a la superficie.
Finalmente la culminación de su formación se llevó a cabo gracias a sus altas temperaturas, conformando así su gran actividad volcánica que terminó de moldear el planeta.
¿Cómo se formó la superficie de este planeta?
Al principio se tenía la idea errónea de que la mayor parte de la superficie del planeta había sido formada por impactos de cuerpos astrales más pequeños. Gracias a los estudios hechos por las sondas enviadas a este planeta, se recogieron fotografías que llevaron a los científicos a otra conclusión.
Aproximadamente el 80% de todos los accidentes geográficos encontrados y fotografiados en la superficie de Venus se deben a su actividad volcánica intensa y constante. Debido a que no posee un campo magnético, gracias a su lenta rotación, tampoco tiene movimientos de capas tectónicas lo cual hace más fácil la actividad volcánica.
Otro factor que promueve la actividad volcánica son las altas temperaturas del planeta, esto se debe a que su atmósfera está compuesta principalmente por elementos que absorben y conservan el calor.
La ausencia de más cráteres se debe a que su densa atmósfera y presión atmosférica desintegra la mayoría de los meteoritos que entran en dirección al planeta.
Características físicas de Venus
Venus ha sido estudiado y observado desde hace miles de años, observación que se podría remontar hasta los inicios humanos. Pero no fue hasta que llegó la era espacial que se lograron recopilar datos más precisos, pudiendo así conocer características más exactas del planeta.
Algunas de las características que se han logrado recopilar gracias a los estudios del planeta son:
- Fecha de descubrimiento: Se conoce desde la antigüedad.
- Categoría: Planeta, planeta rocoso, planeta interno.
- Estrella que orbita: Sol.
- Satélites naturales: No posee satélites naturales.
- Color aparente: Grisáceo amarillento.
- Magnitud: Magnitud aparente -4,4.
- Masa: 4,869 x 1024kg.
- Perihelio: 0,7018440 ua.
- Afelio: 0,728213 ua.
Características adicionales
También se pueden evidenciar las siguientes características:
- Periodo de duración anual: 2.802 horas.
- Duración del día: 5.836 horas.
- Velocidad de órbita: 35,0214 km/s.
- Volumen: 9,28 x 1011kg.
- Diámetro: 12.103,6 km.
- Radio: 6.015,8 km.
- Gravedad: 8,87 m/s2.
- Temperatura mínima: -45.15 °C.
- Temperatura máxima: 499,85 °C.
La atmósfera de Venus está compuesta por un 96% de dióxido de carbono, un 3% de nitrógeno y el 1% restante lo componen otros elementos. En el 1% se pueden encontrar elementos como: dióxido de azufre, monóxido de carbono, vapor de agua, argón, helio, neón, sulfuro de carbono, cloruro de hidrógeno y fluoruro de hidrógeno.
Posibles observaciones a ojo desnudo y sus fases
Venus es uno de los planetas que se pueden ver a simple vista, lo que significa que no se necesitan herramientas o instrumentos ópticos. Gracias a esto se ha clasificado como uno de los 5 planetas clásicos que eran observados desde la antigüedad.
El principal factor que categorizaba al planeta en la antigüedad era su brillo, se denominaba el segundo astro más brillante después de la Luna. Fue observado a ojo desnudo desde la antigüedad por diferentes civilizaciones, gracias a eso se poseen algunos registros de sus fases.
El planeta Venus también era conocido como «El lucero del Alba» gracias a que se podía observar a simple vista al amanecer como la estrella más brillante. Hoy en día dicha observación sigue siendo posible, pero cabe destacar que «El lucero del Alba» no solo se puede ver al amanecer.
Su observación a ojo desnudo es posible también al anochecer, igualmente siendo identificada como la estrella más brillante del cielo.
Cómo identificarla
Si lo que se quiere es poder identificar al planeta durante el amanecer o anochecer, es importante comprender algunas de sus características visibles en el cielo. Algunas de esas características a simple vista son:
- Su gran brillo: Venus, como se ha dicho anteriormente, es el planeta que figura como una «estrella» muy brillante en el cielo. Por esa razón lo principal es buscar a simple vista la estrella que cumpla con esa característica.
- Los planetas no parpadean: Teniendo en cuenta que los planetas, a diferencia de las estrellas, no poseen un «parpadeo» visible, se debe buscar una estrella que no esté parpadeando. De esa forma se puede identificar cuando una estrella es y no es un planeta.
- Su cercanía al Sol: Venus es un planeta que se encuentra en segundo lugar en cuanto a la cercanía del Sol, por esa razón al buscarlo se debe orientar la vista a donde esté saliendo u ocultándose el Sol.
Fases observables desde la Tierra
Más allá de la simple vista si lo que se utiliza es un telescopio, Venus se puede observar como una pequeña luna de tono grisáceo amarillento. Galileo Galilei fue el primer astrónomo y conocido como padre de la astronomía que observó a Venus con un telescopio.
Sus observaciones dieron como resultado el conocimiento de que al igual que la Luna, nuestro planeta vecino más cercano también poseía fases. A principios del siglo XVII Galileo logró observar y registrar que el planeta poseía fases desde su iluminación completa del disco, hasta quedar solo en fase menguante.
Venus al igual que la luna, se muestra con 8 fases desde la tierra, estando llena en conjunción superior y nueva en conjunción inferior. Las fases de Venus actualmente son visibles con telescopios simples y comunes.
¿Qué clase de planeta es Venus y por qué?
Venus se puede clasificar en varias categorías, en la cual principalmente se encuentra como un planeta. Esto lo diferencia de otros cuerpos astrales como asteroides, satélites naturales, etc.
Por otra parte también se clasifica como un planeta rocoso. Esto se debe a que está mayormente compuesto por silicatos que son los minerales que forman las rocas en todo lo conocido hasta ahora. Lo cual lo diferencia de los planetas gaseosos que están compuestos principalmente por elementos gaseosos y líquidos.
El planeta también es clasificado como un planeta clásico, esta clasificación se remonta a la antigua Grecia donde se denominaba a Venus como una de las 7 estrellas errantes. Ese nombre era dado por su órbita en el cielo a simple vista, aunque actualmente sabemos que su movimiento se debe a la cercanía con la Tierra.
Otra categoría en la que se clasifica dicho planeta es la de planeta interior. Esto porque se clasifica como un planeta interior a todos los planetas que se encuentran dentro del cinturón de asteroides.
La posible vida en el planeta Venus
Desde los primeros resultados de los estudios a la atmósfera de Venus, la vida fue descartada de inmediato. Esa conclusión se debía principalmente a las altas temperaturas y la presión aproximadamente 90 veces mayor que la de la Tierra.
La presión es tan grande que las sondas enviadas a su superficie no duraban más de 1 hora funcionando. Debido a tal inconveniente, el estudio cercano de su superficie y las posibilidades de la vida se descartaron desde entonces.
En el 2020 un grupo de astrónomos en Hawái captaron fosfina (PH3) en la atmósfera de Venus, específicamente encontrada en sus nubes de ácido sulfúrico. Más tarde se confirmó la presencia de ese gas usando un telescopio en Chile.
La presencia de la fosfina es importante porque en la Tierra las únicas fuentes que se conocen de la fosfina son biológicas. Ese gas se puede encontrar en los microbios que existen en los intestinos de algunos animales como los pingüinos y también en los pantanos.
Teniendo en cuenta que en Venus no hay pingüinos y no se conoce la existencia de pantanos, el origen de la fosfina tiene que tener otra procedencia. Es por eso que los investigadores consideran enviar una sonda en un futuro próximo para que investigue las nubes de ácido sulfúrico más de cerca hasta encontrar el origen.
Historia de la observación de Venus
El planeta Venus, al igual que otros astros de nuestro sistema solar, fue descubierto en la antigüedad y no se poseen registros exactos de esto. Pero uno de los registros más antiguos que se tiene en referencia a él data del 1600 a.C. y se encuentra en la biblioteca babilónica de Usurbanipal.
La razón por la que dicho planeta fue observado desde la prehistoria se debe a su fácil observación en algunas épocas. Esta característica la comparten los demás astros descubiertos en la antigüedad (el Sol, la Luna, Mercurio, Marte, Júpiter y Saturno).
Sin embargo, Venus es el planeta más brillante del cielo vespertino y matutino, aunque varias civilizaciones llegaron a considerar que «el Venus matutino» era diferente al «Venus vespertino». Otra característica que comparte este planeta con los demás astros descubiertos en la antigüedad es que las antiguas civilizaciones frecuentemente lo asociaban con los dioses.
A lo largo de los siglos este planeta ha sido de gran importancia para muchas culturas cuyas tradiciones lo incluyen desde el pasado distante. Muchas de estas culturas tuvieron origen en la antigüedad y se basaron en sus creencias astrológicas de Venus.
Observaciones de la África Antigua
Para los antiguos egipcios, al igual que los griegos y los romanos, el planeta Venus representaba dos entidades diferentes; el astro matutino era conocido como «estrella de Bennu-Osiris» durante las dinastías XIX y XX o Pencherduaua durante el periodo grecorromano y el astro vespertino era llamado Sebatuaty.
A este se le consideraba una manifestación del espíritu guía de Ra, el dios del Sol. Venus era simbolizado por Bennu, el ave Fénix, representado como una garza real.
Sin embargo, una de las primeras representaciones de este planeta en la antigua cultura egipcia data del año 1473 a.C. en el techo astronómico de la tumba de Senemut. En dicha tumba aparece con el jeroglífico de la garza real, denominada como «la estrella que cruza».
Las principales representaciones astrológicas de Venus se concentran en el Antiguo Egipto. Además, se desconoce a profundidad el papel de este planeta en las culturas de muchas otras civilizaciones africanas antiguas.
Observaciones de la Centroamérica precolombina
La importancia de Venus era muy resaltante en las civilizaciones antiguas de Centroamérica, especialmente en la maya y azteca. Es de bien saber que la civilización maya tenía una gran afición a la astronomía, siendo posiblemente una de las civilizaciones antiguas con más conocimiento astronómico de su época.
A menudo, los mayas asociaban a este planeta con sus deidades. Se cree que algunos de sus monumentos más notorios, como el llamado «Templo de Venus», y el Templo de Kukulkán estaban dedicados a su observación. Por eso se llegó a la conclusión de que este planeta podría haber tenido mayor importancia religiosa para los mayas que el propio Sol.
A lo largo del tiempo, este planeta fue llamado por los mayas de varias formas, como «estrella roja», «gran estrella», «estrella avispa», «estrella brillante», etc. Además, estos también estudiaron las fases de Venus porque creían que estas, al igual que otros planetas, tenían influencia sobre la vida en la Tierra.
Según estas fases, los mayas, los aztecas y otras civilizaciones precolombinas llevaban a cabo sacrificios, guerras y otros eventos importantes. Posiblemente el riguroso estudio de Venus por los mayas se debía a su importancia cultural y religiosa.
Observaciones de la Asia Antigua
Como ya se mencionó antes, el registro más antiguo que se tiene de la observación de este planeta data del año 1600 a.C. y los primeros babilonios lo llamaron «Nindaranna». Los babilonios y los antiguos sumerios también llamaron a este planeta Dil-bat.
Por otro lado, las civilizaciones china, coreana, japonesa y vietnamita lo conocían como Jīn-xīng (金星), refiriéndose a este como el «planeta de metal». También representaba la unión de lo femenino con lo masculino, el matrimonio del amanecer con el anochecer.
En la actualidad, la traducción de la Tablilla de Venus de Ammisaduga (tablilla babilónica del siglo VII a.C.) reveló información importante; esta demostró que la civilización babilónica tenía conciencia de que «el Venus» que se observaba al amanecer era el mismo del anochecer.
Por otra parte, en la antigua India Venus era conocido como «Shukra Graha». Este nombre significaba «planeta de plata» o «planeta plateado», sin embargo, «Shukra» también significaba muchas otras cosas.
Observaciones de la Antigua Europa
Una característica errónea muy resaltante de las observaciones de parte de los griegos es que consideraban que el astro que observaban al amanecer era distinto al del anochecer. Al Venus matutino lo llamaron Phósphorus y al vespertino Hésperus, concretando así su creencia.
En el siglo IV a.C. Heráclides Póntico teorizó que Mercurio y Venus giraban alrededor del Sol y no de la Tierra, pero fue ignorado por la creencia egocéntrica de entonces. Posteriormente, Pitágoras se convirtió en el primero en teorizar que ambas apariciones de Venus se trataban del mismo astro, pero su teoría también fue descartada.
Con la heredad de la cultura griega por parte de los romanos, también se transmitió la creencia errónea de que Venus era dos astros por su órbita. Al «Venus matutino» lo llamaron Lucifer y Vesper al vespertino.
Observaciones de las grandes Islas en la Antigüedad
En las culturas conformadas por las islas de Australia, Polinesia, Melanesia y Micronesia, el planeta Venus fue representado de diversas formas. Un ejemplo claro es el de la diosa Barnumbir, perteneciente a la cultura yolngu en Australia.
Primeras observaciones importantes de Venus
Galileo Galilei fue el primero en observar las fases de este planeta a finales de 1610. Esta observación también fue un impulso fundamental para el apoyo de la teoría heliocéntrica de Copérnico, aunque en ese entonces era muy discutida. Galileo también escribió de los cambios en el diámetro visible de Venus según sus fases.
Esto sugería que dicho planeta se encontraba más distante de la Tierra cuando estaba lleno y más próximo en su fase creciente. Los tránsitos de Venus ocurren cuando este planeta cruza entre la Tierra y el Sol, por lo que son eventos astronómicos poco frecuentes.
Los primeros en observar esto fueron Jeremiah Horrocks y William Crabtree en 1639. Posteriormente, en 1761, Mijaíl Lomonósov observó dicho tránsito astronómico y proporcionó la primera evidencia de la existencia de atmósfera en Venus. Junto con las observaciones de paralaje realizadas en el siglo XIX durante su tránsito se obtuvo un cálculo preciso de la distancia entre el Sol y la Tierra.
Estos tránsitos astronómicos solo ocurren en junio y diciembre, fechas en las que se realizaron las observaciones en el pasado. Las últimas veces que ocurrió este par de tránsitos fue en 2004 y 2012, es decir, con una diferencia de 8 años.
Origen del nombre de Venus
El nombre de este planeta ha variado mucho según las civilizaciones antiguas que lo conocieron. Sin embargo, nos hemos quedado en la actualidad con el nombre de «Venus», el cual nos fue heredado hace siglos.
En un principio, los sumerios y los babilonios nombraron a este planeta, pero los griegos jugaron un papel más importante en cuanto a su nombre actual. Esto a pesar de que llamaron Phósphorus al planeta que veían por la mañana y Hésperus cuando lo veían al anochecer creyendo que eran distintos.
Posteriormente, los romanos renombraron a este planeta conocido por los griegos (a pesar de que al principio ellos también creían que eran dos) con el nombre de «Venus». Este era el nombre de la diosa romana que representaba la belleza y la feminidad, que en la cultura griega era Afrodita.
Este nombre se debe a lo brillante que es Venus en el cielo, razón por la cual las civilizaciones antiguas lo asociaban con la belleza, el brillo y la feminidad. Claro que, observándole a simple vista se notan solo esas características.
Sondas que han ido a Venus
Este fue el primer planeta en ser visitado por sondas espaciales, las cuales tuvieron mayor frecuencia en la década de 1960 y 1970 por los soviéticos y estadounidenses. Posteriormente en 1980 y 1990 estas misiones se volvieron más escasas y por último a inicios del milenio se priorizó en Europa y Japón.
La razón por la que posiblemente el foco de atención astronómica estaba en Venus en la década de los 60º es porque había una teoría bastante atractiva en ese entonces. Esta se basaba en la posibilidad de que este planeta tuviera un bioma selvático que era ocultado por sus densas nubes.
Esta teoría se confiaba en que la distancia a la que estaba dicho planeta del Sol permitía la vida con la adecuada abundancia de agua. Y debido a la «ligeramente mayor» temperatura (que en ese entonces se creía que había en Venus) este planeta tendría un clima selvático.
Rápidamente esta hipótesis fue descartada, esto con la llegada de las primeras sondas espaciales a Venus. Estas revelaron que era un planeta más hostil de lo que se creía y que la vida como la conocemos no sería posible. Además de esto, fue mucha la información que se obtuvo de este planeta gracias a las sondas.
Misiones en la década de los 60º
Durante esta época eran grandes los esfuerzos por parte de los estadounidenses y los soviéticos para enviar sondas espaciales a Venus, siendo como una segunda parte de la carrera espacial. Esto conllevó muchas pruebas, y por lo tanto, muchos errores, mayormente por parte de los soviéticos.
Los soviéticos diseñaron múltiples sondas que acabaron destruidas en varios intentos por ponerlos fuera de la atmósfera terrestre. La primera sonda espacial en ser exitosamente lanzada rumbo a un planeta era soviética, llamada la Venera 1. Sin embargo, estando a siete días de su lanzamiento en febrero 12 de 1961 se averió la sonda y se perdió contacto absoluto con ella en el espacio.
Más tarde, en diciembre de 1962 se obtuvieron los primeros datos de Venus, resultado del primer contacto exitoso de una sonda espacial con su órbita. Esta sonda era la Mariner 2 de la NASA, la segunda sonda espacial creada por el programa Mariner rumbo a Venus (la Mariner 1 se destruyó en su lanzamiento).
Posterior a eso, a los soviéticos solo le aguardaron más fracasos, con decenas de sondas espaciales destruidas en su lanzamiento o pérdidas en el espacio. Luego, y a partir de 1966 con la llegada de los Venera 4 y siguientes, los soviéticos obtuvieron información diversa de este planeta; que a su vez se complementaba con los datos obtenidos de las demás sondas Mariner de la NASA.
Misiones en la década de los 70º
Con la llegada de esta década se fueron disminuyendo los fracasos de los soviéticos, enviando la primera sonda en aterrizar en la superficie de Venus en diciembre 15 de 1970. Dicha sonda fue la Venera 7, que obtuvo información de la temperatura media de la superficie del planeta (de unos 460º C), entre otros datos.
Posteriormente en octubre 22 de 1975 la Venera 9, perteneciente a los soviéticos, se convirtió en el primer satélite artificial en orbitar a Venus. A medida que avanzaba la década, los soviéticos lograron avances significativos en sus estudios de este planeta.
Sin embargo, a finales de la década, con la llegada del Venera 11 y el Venera 12, se intentó desplegar vehículos científicos en la superficie del planeta. Debido a múltiples condiciones atmosféricas y térmicas, los vehículos fallaron, pero las sondas obtuvieron más información de las nubes del planeta.
También a finales de la década, la NASA inició la misión Pioneer Venus. Esta consistía en enviar rumbo a Venus una «multisonda» (la Pioneer Venus) que al acercarse a su superficie desplegaría otras sondas más pequeñas. La misión no funcionó como se esperaba, pero el vehículo orbitador siguió funcionando hasta poco más de 10 años después.
Misiones en la década de los 80º
En esta época los soviéticos se concentraron en estudiar la geología del planeta con el lanzamiento de las sondas espaciales Venera 13 y 14. Estas llegaron los primeros de marzo de 1982 y fueron un éxito. Luego fueron enviadas las sondas Venera 15 y 16 para estudiar a profundidad la composición geológica del planeta.
Estás realizaron importantes estudios geológicos, entre los cuales descubrieron la existencia de volcanes ocultos en el planeta. Además, el Venera 15 hizo un mapa del tercio norte de la superficie de Venus. Estos fueron los primeros estudios geológicos detallados obtenidos de este planeta.
Posteriormente se inició la misión Vega también por los soviéticos, la cual tenía por objetivo el análisis profundo de la atmósfera y nubes del planeta. Para esto se enviaron dos sondas (Vega 1 y 2), las cuales llegaron al planeta a mediados de junio de 1985. Con esto se descubrió que las dos capas superiores de las nubes de Venus estaban compuestas de ácido sulfúrico.
A finales de la década también se inició la «misión Magallanes» por los estadounidenses, que tenía también por objetivo el estudio profundizado del planeta. Este estudio se basa principalmente en un mapeo de la superficie planetaria.
Misiones en la década de los 90º
A principios de la década, la misión de la sonda Magallanes se desarrolló efectivamente, recibiendo así las primeras imágenes de su mapeo de Venus en agosto 16 de 1990. Esta trabajó en conjunto con la sonda Pioneer Venus, al menos hasta que la segunda agotará su combustible de maniobra y perdiera su orientación.
Posteriormente, la sonda Pioneer Venus entró en la atmósfera de Venus y se destruyó. La misión Magallanes obtuvo durante varios años información acerca de la atmósfera del planeta, su composición y muchas otras características mediante experimentos.
Otro punto resaltante acerca de Venus de esta época fue la creencia de que podría haber relámpagos en el mismo. Esto se debe a estudios realizados por las sondas Galileo (en 1990) y Cassini (en 1998 y 1999) durante sus maniobras de asistencia gravitatoria.
Durante el sobrevuelo de la sonda Galileo en 1990 se reveló una indicación de relámpagos en el planeta. Posteriormente, durante los dos sobrevuelos de la sonda Cassini (que fue sesenta veces más próxima al planeta) se disminuyó esta creencia debido a nuevos estudios.
Misiones a inicios del milenio
Las misiones iniciadas a principios del milenio no eran muchas, pero sí prometedoras. Esto comenzó con el programa «Venus Express» por la Agencia Espacial Europea (ESA), que tenía como misión el envío de una sonda espacial para estudiar la atmósfera de Venus.
Las imágenes obtenidas por la sonda empezaron a recibirse en abril 11 de 2006. Algunos estudios también revelaron la presencia de truenos eléctricos en las nubes venusianas de ácido sulfúrico. También se teorizó que en el pasado la atmósfera de este planeta pudo ser más rica en agua.
Otra sonda espacial que realizó estudios importantes a este planeta fue la Messenger de la NASA. Esto ocurrió durante el sobrevuelo que realizó a Venus rumbo a Mercurio, recopilando así estudios e imágenes de su atmósfera y superficie.
La NASA y la ESA trabajaron en conjunto con sus sondas espaciales para optimizar los resultados de los estudios hechos en dicho planeta. Esto tuvo como resultado la programación coordinada de algunos análisis en la superficie del planeta.
El futuro de las sondas a Venus
Existen en la actualidad algunas misiones en curso, mientras que otras están planificadas para su inicio en un par de años. Algunos países interesados en la planificación de dichas misiones son Estados Unidos (como la NASA), algunos europeos (como la ESA), Japón (JAXA), Rusia e India.
Rusia, por su parte, ha planificado la misión Venera-D, que está programada actualmente para lanzar su sonda en el 2024. Por otro lado, está planeado el lanzamiento de la sonda estadounidense Venus In-Situ Explorer, programado para el 2022. Mientras tanto, la sonda BepiColombo (de la ESA en conjunto con la JAXA) sobrevoló Venus para sus estudios y luego siguió rumbo a Mercurio.
Otra sonda rusa programada para la década del 2020 es la Venera-Glob. Para estos mismos años, los estadounidenses tienen programado el lanzamiento de las sondas Venus Surface Explorer (VSE) y Venus Mobile Explorer (VME).
Curiosidades de Venus
Las sondas enviadas desde 1960 nos han ayudado a tener más información de nuestro planeta vecino. La información recogida por las sondas no ha sido demasiada ya que no duran más que algunos minutos debido al ambiente tan hostil. Aun así existen datos curiosos sobre el planeta Venus que pueden ser muy interesantes, algunos de ellos son:
- Sus días son más largos que los años: Esto se debe a que la órbita que tiene en su propio eje es más lenta que la órbita que tiene alrededor del Sol. Lo cual hace que sus días transcurran más lentos que el tiempo que se toma en darle una vuelta al Sol.
- Es el planeta más caliente del sistema solar: Su densa atmósfera compuesta principalmente de dióxido de carbono es la encargada de que el calor absorbido del Sol no sea disipado. Llevando sus temperaturas a tal nivel que puede fundir el plomo, superando los 400 °C.
- Es el planeta más observado de la historia: Gracias a su gran brillo a simple vista, Venus ha sido el planeta más observado desde que se tiene registros de la observación espacial.
- Hay huracanes en su superficie: No solo la temperatura hace que el planeta sea hostil para la vida, sus vientos de unos 724 km/h también hacen el entorno hostil.
- Sus nubes son letales: El ácido sulfúrico es corrosivo para cualquier organismo y las nubes de Venus están formadas por más del 90% de dicho ácido.
- Su presión es letal para los humanos: la presión en la atmósfera venusiana es 90 veces mayor que la de la Tierra, esto la convierte en altamente fatal para los humanos.
- Posee características parecidas a la Tierra: Siendo un planeta rocoso al igual que la Tierra, comparte algunas otras características similares, comenzando por una composición parecida, un tamaño similar y que ambos poseen nubes.
- La mayoría de sus volcanes están dormidos: En la Superficie de Venus existen más de 1.600 volcanes aproximadamente pero la mayoría están dormidos.
- En el pasado tenía agua: Los científicos que estudian el planeta más cercano a la Tierra, teorizan que en el pasado pudo tener agua e incluso océanos. Tras millones de años el efecto invernado evaporó toda el agua.
- Existen proyectos para colonizar Venus: La NASA se ha planteado proyectos para colonizar Venus, al menos desde su superficie con enormes complejos flotantes sobre las nubes en donde las temperaturas son aptas para la vida.
El futuro de la observación de Venus
A pesar de que se han realizado decenas de misiones y se han sacrificado aún más sondas espaciales para el estudio de Venus, aún falta mucho. Los estudios realizados en la década de 1960 eran solo el principio, pues aún no se conocen muchas características de este planeta.
Para poder ahondar más en el estudio de dicho planeta es necesario el desarrollo de nuevas misiones espaciales, de las cuales, algunas ya están planeadas. Aún falta estudiar a profundidad la vida microbiana de Venus, saber qué diferencias tiene entre las conocidas y su forma de supervivencia.
Hasta que se realicen estos estudios, la humanidad seguirá progresando en muchos campos científicos incluyendo la Astronomía. El avance de esta es clave para un progreso aún mayor en la civilización, y aún no sabemos los secretos que guarda Venus para el apoyo del mismo.
En el pasado se obtuvo un cálculo preciso de la distancia entre la Tierra y el Sol gracias a la observación del tránsito astronómico de este. Basándose en esto, la observación y análisis de este planeta brindó a la Astronomía una información sumamente importante.
Referencias:
https://es.wikipedia.org/wiki/Venus_(planeta)
https://spaceplace.nasa.gov/all-about-Venus/sp/
www.astromia.com/solar/Venus.htm
www.geoenciclopedia.com/Venus/
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