La destreza de ser líder no es algo que todo el mundo pueda recibir u obtener de forma fácil. Se necesita de una chispa la cual demuestre que esa persona es capaz de liderar y motivar a un grupo a conseguir un mismo objetivo.
Hay personas que nacen con la habilidad de liderar demostrándolo desde pequeños en la escuela. Son personas que saben cómo tratar a las demás personas, son empáticos, atentos y organizados.
Luego están aquellas personas que desean ser líderes, pero no poseen esa cualidad innata. Para ellos el esfuerzo arduo y la preparación serán los pilares que impulsarán su crecimiento como líderes.
En ambos casos las personas deben poseer ciertas características típicas de un líder. La gran mayoría son desarrolladas en la juventud bajo los valores escolares y familiares, mientras que otras son innatas.
Con ellas es posible crecer profesional y personalmente, así como descubrir nuevas aptitudes ideales para el trabajo de líder.
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Características de un gran líder
Cada persona es distinta en cuanto a su forma de actuar y liderar. Por ello existen muchos tipos de líderes que emplean métodos y estrategias diversas para cumplir sus objetivos.
Desde emplear la motivación oral o la recompensa, hasta ser partícipe activo de los procesos del grupo, los líderes deben ser una fuente de inspiración con capacidad de innovar, aun cuando difieran en sus métodos.
No obstante, ellos comparten ciertas características que marcan la diferencia entre un líder y un jefe o un tirano.
Habilidad para comunicar ideas
Un buen líder sabe que la comunicación es la clave para todo, desde el comienzo de un nuevo lazo de confianza, hasta los procesos internos y externos que conlleve cualquier proyecto.
Si no existe la comunicación, será difícil que los miembros de un equipo logren entenderse. Esta comunicación deberá ser clara y precisa, de forma que ambas partes, receptor y emisor puedan entender lo que se está hablando.
Para ser líder de un grupo es importante saber comunicar las ideas, pero también es igual de importante escuchar las que puedan tener los compañeros. Ellos se sentirán a gusto cuando se sientan escuchados y reciban una retroalimentación de esa conversación.
Muestra curiosidad por diversos temas
La curiosidad puede ser un arma de doble filo, ya que por un lado se descubren nuevos conocimientos y se investiga a fondo. Así, el líder amplía las ideas que puedan surgir en el futuro para innovar junto a sus compañeros.
Por el otro lado, puede que ese nuevo conocimiento no sea tan útil como se esperaba, o que se descubran fallas en los procesos del equipo. Si la falla ha persistido por un considerable tiempo, deberá ser atendida con premura.
Luego de solucionarlo, el líder deberá indagar en dicho problema empleando su curiosidad, y así entenderá por qué y cómo ocurrió.
Maneja las emociones de forma inteligente
Las personas en general son seres emocionales que pueden llegar a guiarse por sus emociones, mucho más que por la razón. Esto es algo que debe ser manejado con cuidado cuando se va a ser líder de un grupo.
Esta habilidad de gestión de emociones es conocida como inteligencia emocional. Cuando un líder puede gestionar y aplicar sus emociones en niveles acordes a la situación que enfrente, se sabe que es un líder emocionalmente estable.
Los sentimientos y emociones pueden movilizar al líder, y al mismo tiempo son capaces de motivar a los compañeros de trabajo a seguir las directrices del líder.
Capacidad de fijar objetivos claros
Todos los grandes líderes son expertos en fijar un objetivo, bien sea a corto o largo plazo. Esto requiere de un nivel elevado de organización y coordinación de las habilidades individuales y grupales.
Existen diversas formas de fijar una meta u objetivo en el calendario de trabajo del grupo. Se puede emplear un esquema o cronograma de actividades, horarios claros de trabajo, u otras técnicas de organización.
Dichos objetivos deben ser claros, sin doble interpretaciones o incoherencias en la información. No se deben fijar objetivos poco realistas o inalcanzables, ya que, si los miembros del equipo no ven el camino de forma clara, no se unirán al líder.
Planificación de los objetivos
Aunado al punto anterior, el ser líder de un equipo es una responsabilidad muy grande teniendo en cuenta a la organización y objetividad. Es necesario que sepa planificar los objetivos del equipo.
La mejor forma en que un líder puede hacer una planificación es tomando en cuenta las habilidades de los miembros y enlazarlos de la mejor manera posible. Si hay dos o más miembros que compartan una misma habilidad, pueden trabajar en equipo para agilizar el proyecto.
Logrando los objetivos más cortos dentro del plan principal es que puede ser completado en su totalidad. Esto involucra el tiempo de cada objetivo, las personas involucradas, el material y recurso a emplear, entre otros factores.
Toma responsabilidad de sus acciones
No se puede considerar a una persona como líder si no reconoce sus acciones y toma responsabilidad de ellas, sean buenas o malas. Esta cualidad es la que separa a los tiranos y dictadores de los verdaderos líderes.
La responsabilidad debe ser un pilar para ser líder de cualquier proyecto, sea grande o pequeño. Se espera que el líder actúe como la cabeza del proyecto, y a su vez pueda defenderlo ante todo.
Un buen líder no va a culpar a sus compañeros o miembros de equipo por las fallas en el proyecto, ya que es él quien está a cargo de dicho proyecto y los procesos que lo involucren. En este sentido un líder no puede victimizarse cuando los errores aparecen.
Se motiva a sí mismo y a los demás
Todo líder debe entender que la motivación es el núcleo de energía de los trabajadores. Nadie trabaja o actúa sin tener alguna motivación presente, por más mínima que parezca.
Al trabajar con un líder motivado y enérgico, se contagia esa energía en los demás miembros del equipo. Poco a poco, se puede incentivar a trabajar con pasión permitiendo que mejoren los procesos del proyecto.
Un equipo motivado siempre logrará cumplir sus objetivos con grandes resultados. Incluso pueden aprovechar mejor sus recursos y finalizar antes de lo previsto, aumentando los ánimos del equipo y del líder.
Actitud positiva y optimista
Cuando se tiene un líder pesimista que vea las fallas y no los logros, no se recibe una retroalimentación idónea. En cambio, cuando el líder es positivo, brinda consejos y mantiene una actitud agradable, el ambiente laboral y las interacciones sociales son más placenteros.
Si los trabajadores ven el proyecto muy difícil o imposible, la actitud optimista del líder puede cambiar su opinión y motivarlos al mismo tiempo. Es una herramienta que nunca puede faltar cuando se desarrolla un líder.
Demuestra compañerismo e integración
Algo en lo que fallan muchos líderes es en la integración o participación de sí mismos en los proyectos individuales. Al no inmiscuirse en cada detalle, creen que están haciendo un bien en los procesos de cada integrante.
Sin embargo, hay casos donde uno o varios integrantes presentan dificultades y requieren de la asistencia de un líder. Si la figura del líder no está presente, o no se interesa en las acciones de cada miembro, es muy probable que los errores ocurran y se vuelvan incontrolables.
Mientras exista una interacción entre el líder y los miembros del equipo, se puede crecer en ambos lados para mejorar los procesos del proyecto. Es importante que en ese aspecto el líder sepa respetar el espacio de trabajo de los demás ya que no es bueno llegar al punto de ser hostigador.
Posee ética laboral
Aunque no sea una característica diferente de la que debe tener cualquier trabajador, en el caso de los líderes deberá ser un pilar fundamental.
La ética es un aspecto muy difícil de manejar en el área laboral, ya que las personas tienen sus propios sistemas de creencias y pueden diferir de la que tenga un líder. Es necesario que el líder posea buenos valores morales y éticos siendo honesto, apasionado y comprometidos al trabajo.
Para que el ambiente de trabajo sea óptimo, el líder debe demostrar que sus valores éticos son correctos y los mejores para el proyecto. Al garantizar que su actuar no perjudicará al equipo, se podrá instaurar unas reglas de ética para la zona de trabajo.
Sentido de humor y carismático
Un líder no debe ser una figura oscura y poco empática a quien los trabajadores teman hablarle. Se necesita de una actitud carismática y un poco de sentido de humor para ser líder de un proyecto.
Al dirigir un proyecto, se convive por mucho tiempo con los trabajadores y el líder debe establecer rápidamente lazos de confianza. Si la primera impresión no es la correcta, es posible que los trabajadores creen una imagen negativa de él.
Es importante aclarar que el tener carisma y sentido de humor no significan que el líder tenga que convertirse en un bufón. Simplemente hay que manejar las relaciones laborales de la manera más agradable posible, preguntar a los trabajadores por su día e involucrarse un poco en lo que a ellos les gusta.
Un líder que disfrute de chistes sanos con sus compañeros será socialmente aceptado en poco tiempo. El sentido del humor no debe ser un defecto en las habilidades para ser líder, sino una virtud para congeniar fácilmente con los demás.
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