Hoy en día muchas personas desconocen las razones del por qué se utilizan sábanas azules verdes en los quirófanos, y posiblemente algunos crean que se trata de normativas recientes.
Sin embargo, la verdadera razón data de miles de años y se esconde detrás del uso de amuletos, rituales y pócimas de colores por parte de médicos babilónicos, egipcios y griegos.
Al igual que con los principios de la teoría de color aplicadas a las paredes, se cree que las sábanas utilizadas en el quirófano teñidas de verde ayudan a reducir el resplandor de las luces, reduciendo así la fatiga y la vista cansada.
Además, la ropa de cama verde ayuda a eliminar la contaminación potencial de las salas, ya que las sábanas de las otras salas tienen un color diferente y no debe usarse en el quirófano.
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Aplicación del color en establecimientos de salud
El color es un elemento psicofisiológico importante en la arquitectura que puede agregar interés visual y estética a un espacio al tiempo que induce significados, expresiones, sentimientos, estados de ánimo y rasgos de comportamiento correspondientes al ambiente de ese espacio.
Los colores pueden dar vida y energía a estimular al usuario o la calma y la serenidad para apaciguar al usuario en función del propósito del diseño.
En consecuencia, la aplicación del color es vital para generar el ambiente psicofisiológico deseado según lo exige la función.
En vista de esto, la aplicación del color en los diseños hospitalarios debe realizarse con una cuidadosa consideración de los diversos aspectos psicofisiológicos de los pacientes.
La función de colores en hospitales y clínicas
En cuanto a la práctica habitual, la aplicación del color se ha realizado de acuerdo con diferentes funciones, con el fin de diferenciar entre departamentos. Este enfoque también se ha utilizado para facilitar la navegación, especialmente a través de corredores largos.
Como explica Mahnke, se sugieren colores estimulantes y atractivos en las salas de espera, colores cálidos para las secciones de maternidad y pediatría y colores fríos como el verde azulado y el verde para las unidades de cuidados intensivos y las salas de cirugía (1).
En quirófanos, donde los ojos están más expuestos al color rojo de las heridas abiertas, se utiliza el color verde azulado, siendo el color complementario del rojo para contrarrestar el efecto y neutralizar las secuelas de la cirugía manteniendo la concentración del cirujano.
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Dado que la discriminación de color es fundamental dentro de los laboratorios, se sugieren colores neutros como bronceado, verde pálido, dorado o aguamarina (1).
Sin embargo, la especificación del color en los diseños hospitalarios debe realizarse no solo con fines funcionales sino también considerando la condición psicofisiológica de los pacientes con especial referencia al proceso de curación y recuperación haciendo que su estadía sea más relajante y alegre.
¿Qué colores se utilizaban antes en los hospitales?
Antes de 1918, los esquemas de color en los hospitales se limitaban a paredes encaladas por encima de la altura del zócalo, es decir, la altura en la que los rieles horizontales se fijan a la pared, protegiendo la pared de los daños causados por el uso de sillas u otros muebles, colocándose marrón oscuro debajo.
En la década de 1920, la introducción de pinturas lavables no produjo una gran variación en el color en los hospitales, pero en lugar de paredes encaladas empezó a utilizarse una pintura blanca brillante, y debajo del zócalo algunos colores oscuros que disimulan las manchas, como el verde oscuro o el marrón.
La idea detrás este tipo de esquema de color era evitar la visualización de manchas en las paredes.
Si aparecían manchas más arriba del zócalo se cubrían fácilmente con encalados, y si aparecían debajo no serían vistas y posiblemente no requerirían ser removidas. Esto era especialmente cierto en el caso de las manchas de sangre en los quirófanos, que eran poco visibles sobre fondo marrón.
¿Por qué se propuso el uso del verde en los quirófanos?
El verde apareció por primera vez en 1914 en un hospital de la ciudad de San Francisco, Estados Unidos, cuando el cirujano Harry Sherman encontró que los blancos tradicionales eran demasiado brillantes y el resplandor (especialmente con los nuevos sistemas de iluminación) reducían su capacidad para discriminar las características anatómicas bajo escrutinio (2).
Sherman, usando la teoría del color, desarrolló un ambiente de “verde espinaca”, como color complementario del rojo de la hemoglobina y creó un quirófano completamente verde, con paredes, pisos, sábanas y toallas verdes.
Posteriormente, otros cirujanos adoptarían estas medidas en las décadas de 1910 y 1920. Casi al mismo tiempo, el verde también entró en la cultura hospitalaria a través de la «terapia del color«.
La teoría del color y su auge a principios del siglo XX
A finales de los años veinte la «terapia del color» ingresaría en la cultura hospitalaria por medio de un arquitecto llamado William Ludlow, quien afirmaba que los ojos humanos fueron hechos para encontrar descanso y alegría en verdes suaves, azules pálidos, un toque ocasional de rojo, pero sobre todo, el glorioso amarillo dorado del sol (3).
Por otro lado, el profesional de la arquitectura rechazaba el blanco en los hospitales al señalar que era negativo; pues la persona convaleciente necesita la reacción terapéutica de los colores positivos que la naturaleza ha extendido tan generosamente.
Sin embargo, el mayor impulso detrás de la adopción generalizada del color verde en el quirófano provino de un grupo de consultores industriales, especializaos en el uso de colores, una nueva especialidad y en crecimiento, en la década de los 30.
Consultores Industriales impusieron el uso de colores en Hospitales
La figura principal entre estos consultores fue Faber Birren, un profesional egresado del Instituto de Arte de Chicago, quien estableció un negocio de consultoría de color muy influyente y exitoso en la ciudad de Nueva York.
Entre los clientes de Birren se incluían el ejército y la marina de los Estados Unidos, hospitales, escuelas, prisiones, fábricas, General Motors y Dupont.
Desde 1930 hasta 1970, Birren y sus colegas literalmente transformaron y colorearon el panorama institucional e industrial de Estados Unidos. Su lema era «poner el color a trabajar».
Para los hospitales estos expertos en la terapia del color sugirieron una variedad de colores aplicados a habitaciones, muebles y equipos específicos. Trabajaron con dos principios básicos:
- Los colores brillantes tienden a estimular una atención externa hacia el medio ambiente
- Los colores suaves en las paredes tienden a minimizar el medio ambiente como fuente de interés. Por consiguiente, con estos colores habría mayor actitud y atención hacia lo interno.
El verde brumoso, derivado de los esquemas de color desarrollados para la Marina de los EE. UU., se convirtió en uno de los tonos más populares utilizados por los fabricantes de instrumentos médicos.
El uso de colores en ambientes hospitalarios se extendió hacia otros países
En 1945 la Asociación Médica Canadiense resalta el color como elemento de «gran importancia» en el tratamiento psicológico de los pacientes al promover la serenidad mental y el descanso.
Aunque hubo advertencias sobre la exageración de cubrir ambientes hospitalarios de verde, Canadá se sumó a la tendencia.
De hecho, en 1955, uno de los neurocirujanos pioneros de Canadá, el Dr. William Feindel, abrió una unidad de neurocirugía en el Hospital Universitario de Saskatoon, Saskatchewan, con una sala quirúrgica ecológica de vanguardia. Sin embargo, cuando Feindel preguntó si podía instalar más pantallas de visualización en las paredes, el jefe de cirugía aceptó a regañadientes, advirtiendo que a los arquitectos no les gustaría ver sus hermosos azulejos verdes cubiertos.
En otras palabras, el verde se había convertido en un símbolo importante del hospital moderno, defendido por los administradores y arquitectos del hospital, y seguiría siendo un elemento básico de la experiencia médica.
El uso de colores en la medicina no es nada reciente
Los colores se utilizan con el propósito de crear una atracción visual, como una herramienta de comunicación y para crear un ambiente de espacio asociado con los estados de ánimo, las emociones y el comportamiento correspondientes.
Se trata de una teoría que no es reciente, pues desde hace tiempo atrás se sabía o se intuía que todos y cada uno de los colores tienen un impacto psicofisiológico específico en los seres humanos.
Los colores cálidos (rojo, naranja, amarillo) se establecen para estimular y energizar, mientras que los colores fríos (azul, verde, morado) se emplean para tranquilizar a las personas. Aunque el efecto puede variar de acuerdo con la preferencia de una persona, antecedentes socioculturales, edad, género y experiencias personales (1).
Incluso, desde hace siglo se cree que los colores tienen un efecto curativo en los seres humanos y esto dio origen más recientemente a la cromoterapia, un método de medicina alternativa que utiliza el impacto terapéutico de los colores para curar dolencias.
La calidad curativa del color ha sido utilizada en civilizaciones tan antiguas como la griega, la egipcia, la china y la india, basándose en sus creencias y creencias mitológicas (4). Estos médicos antiguos consideraban que los colores tenían un efecto positivo en la recuperación de los pacientes a nivel psicológico y fisiológico.
La terapia del color en las civilizaciones antiguas
Los médicos en estas culturas veneraban el color, lo diagnosticaban y prescribían el color a través de productos químicos, orgánicos e inorgánicos, amuletos y rituales.
Uno de los documentos médicos más antiguos del papiro Ebers, llamado así por el egiptólogo que lo descubrió y que se remonta al 1500 a.C., revela que los antiguos curanderos egipcios prescribían minerales de colores, como malaquita, arcilla roja y ocre rojo y amarillo.
El antiguo documento también señala el uso del aceite blanco, lagartijas negras, testículos de asno negro e índigo, además de Verdín, una sal de cobre verde que era mezclada con cera blanda para tratar las cataratas, mientras que el estreñimiento se curaba con una torta roja o blanca; y el emplasto de carne roja cruda sanaba el ojo morado (1).
Los egipcios fueron los primeros en explorar el impacto del color en la curación, habiendo creado “salas de colores” dentro de sus templos llamados Karnack y Thebes (5). También en Egipto se usaba el color en forma de luz para curar, lo que luego se llamó Fototerapia.
Los antiguos egipcios y griegos utilizaban diversos materiales de colores, (piedras, cristales, ungüentos, tintes, etc.) como remedios para diversas dolencias, así como utilizan diferentes tonos de colores para pintar sus santuarios (5).
¿Algún día cambiará el color de las sábanas azules en los quirófanos?
El mundo es muy cambiante y realmente es difícil creer que algo se mantendrá en el tiempo de manera indefinida, pero en relación con el uso de los colores que se ha impuesto en los ambientes hospitalarios desde el siglo pasado parece que el verde azulado seguirá siendo el color predominante en los quirófanos.
Referencias
- Mahnke, F. H. (1996). Color, Environment, & Human Response. New York: John Wiley & Son
- Pantalony, D. (2009) The colour of medicineCMAJ. 2009 Sep; 181(6-7): 402–403. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2742127/
- Graham, M.: Health facilities: Color them caring, Special Workshop Held – Color in the Health Care Environment, Gaithersburg, Maryland, 1978., pp 9
- O’Connor, Z. (2011, September 11). Colour psychology and colour therapy: Caveat empter. Colour forum, pp. 229-234.
- Azeemi, Y., & Raza, S.M. (2005) .A Critical Analysis of Chromotherapy and Its Scientific Evolution – Evidence Based Complementary and Alternative Medicine. 2005 December; 2(4): 481–488. Published by Oxford University Press
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