Para poder hablarles de la pubertad a los niños y niñas en la adolescencia, sobre todo a las niñas; se debe tener un conocimiento previo de qué trata esta etapa, pues no es más que un momento de transición que pasan o sufren todos los adolescentes en las edades comprendidas entre los 10, 11 años o hasta los 14 y 16 años de edad.
La pubertad en las niñas suele comenzar primero que en los varones, la edad comprendida de inicio es a los 11 años, pero los padres bajo la experiencia propia deben tomar consciencia de los cambios que pueden percibir en su hija para empezar a hablar sobre el tema, puesto que así se creará la manera más apropiada de generar confianza en la relación con su hijas, y a su vez aclarar dudas sobre todo lo que está viviendo la menor.
Las conversaciones mientras más abiertas sean, mejor será el entendimiento para preparar a la niña, ya que se necesita destacar que las transformaciones físicas y psicológicas son algo normal y fundamental para su crecimiento, pasará de ser una niña a convertirse en mujer.
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Cambios físicos en la pubertad de la niña
Cuando la niña está en la etapa de la pubertad experimentará cambios físicos y hormonales, es importante que los padres hablen con sus hijas de cada uno de ellos. En los cambios externos se observará lo siguiente:
- El crecimiento de los senos: suele ser el primer signo de inicio de la pubertad en las niñas con el crecimiento de los “botones mamarios”; esto suele manifestarse entre los 8 a 13 años de edad. Con el tiempo tienden a crecer un poco más y es necesario que la pequeña, con una persona de confianza, en este caso con su madre; empiece a cambiar la vestimenta para comprar ropa interior acorde a su nuevo aspecto físico.
- El vello corporal: otro de los signos de inicio de la pubertad en las niñas es el crecimiento o la aparición del vello corporal, sobre todo en la zona genital, axilas y piernas. Este vello surge suave y fino, pero con el tiempo se transforma a uno más grueso y oscuro. En algunos casos, puede brotar primero el vello que los botones mamarios, no es siempre así pero cada cuerpo es diferente y se manifiesta acorde a cada quien, pero estos dos son los principales signos de que la pubertad ha llegado.
- Aparición de granos o espinillas: es muy común que aparezca en la pubertad de los niños y niñas. En las niñas es un caso diferente por el hecho de la coquetería, causando un problema serio para los padres, es un cambio hormonal normal y necesario que todos sufren, pues el cuerpo lo requiere para crecer.
Lo importante en este caso es que los representantes tengan una buena comunicación para que la menor entienda el porqué de la aparición de estos granitos en la cara o rostro, sobre todo para que comiencen a mantener una higiene habitual para evitar la aparición de más granitos o de acné. En el caso que se torne un poco más complicado, siempre es recomendable buscar la ayuda de un especialista, como un dermatólogo, para el asesoramiento médico.
Un punto bastante importante que hay que destacar, cuando las niñas empiezan a pisar la pubertad, es el período menstrual. La edad promedio para que una niña se desarrolle es a los 12 años, pero esto no quiere decir que es la norma para que una menor se desarrolle a esa edad, no necesariamente tiene que ser a los 12 años, hay niñas que se desarrollan a los 2 o 3 años después de que empezaron a aparecer los botones mamarios o hay chiquillas que se desarrollan a los 14 o 15 años, todo también va a depender mucho de la genética familiar, o simplemente del cuerpo de cada chica.
Es importante que la madre o el padre, especialmente la madre que genera un poco más de confianza por ser del mismo género, hable referente al tema con su hija y le explique los cambios transcendentales físicos que están por venir o suceder. Los principales temas que se deben mencionar: las toallitas sanitarias, los tampones o la copa menstrual, explicando que es normal que empiece a tener un flujo y que experimentará dolores menstruales en la parte del vientre. Las niñas deben entender correctamente todo sobre el ciclo menstrual, ya que es uno de los signos más importantes en las mujeres cuando comienzan la pubertad.
La comunicación es el pilar fundamental
Es necesario mantener la confianza y la buena comunicación, porque el hecho de que la menor se ha desarrollado, quiere decir que es apta para ser fecundada. Los padres deben hablar sobre el sexo sin tabúes y explicarlo de la mejor manera. En este caso siempre es importante el asesoramiento médico, ya sea del pediatra o del ginecólogo, para que también ayuden a la menor a entender mejor sobre estos cambios físicos que está presentando y que son normales y necesarios para su desarrollo y crecimiento, además, se podrá aliviar un poco la ansiedad que podría estar presentando la niña durante la llegada de la pubertad.
Los padres tienen que estar conscientes de los altibajos y diversos estados de ánimo que experimentará la niña, por eso lo más importante será siempre la comprensión y la ayuda. La preadolescente puede estar irritable, triste, de mal humor, alcanza a presentar problemas para dormir y experimentará problemas de autoestima. Es fundamental tener una buena comunicación para entender y a la vez comprender. Todos los individuos pasan por esa etapa y lo mejor es la empatía.
Otro aspecto fundamental, que suele ser un poco problemático, es el aumento de peso que sufren las adolescentes en estos cambios. Los padres deben evitar que sus hijos hagan dietas en esta etapa, ya que todas las transformaciones físicas son completamente normales.
Las jovencitas en su pubertad aumentan un poco de talla porque dejan de ser niñas para convertirse en mujeres, es necesario que el cuerpo aumente su contextura, ya que los órganos y los músculos lo requieren para ir adaptándose a todos estos cambios hormonales. Con ello viene el cambio de estatura, el aumento de las caderas, las piernas suelen formarse, las facciones del rostro crecen; entre otros cambios.
La ayuda de los especialistas
Es importante que el pediatra esté atento a todos estos cambios que la niña esté viviendo, puesto que en la mayoría de los casos es algo normal, pero puede ocurrir que en ciertos momentos no sea así, por ejemplo, el aumento de peso es normal siempre y cuando no supere los índices de masa corporal (IMC), por eso es importante enseñarles hábitos sanos a los adolescentes sobre la alimentación y generar o motivar alguna actividad física, y que toda la familia se involucre positivamente durante la pubertad de la niña.
Los padres al tener una buena comunicación e informar a su hija antes que aparezca el período menstrual, evitarán la ansiedad o la preocupación de la menor, ya que estas transformaciones no la sorprenderán y actuará de manera corriente y con más confianza en sí misma.
Hablar de la pubertad de manera abierta y honesta es lo mejor que pueden hacer los padres para preparar a sus hijas de todos los cambios que están por llegar, sobre todo para que experimenten estas transformaciones de una manera menos traumática.
El tema de la pubertad no es algo que debe hablarse una sola vez, sino varias veces, ofrecer libros y privacidad generará una buena y sana relación entre padres e hijas, relación en la cual se verá fomentada la confianza. Con el tiempo se podrán charlar de otros temas que se presentarán progresivamente con el desarrollo de esta etapa de crecimiento, como lo son el tema del sexo, la sexualidad, el consentimiento, las relaciones sanas, el uso de métodos para prevenir enfermedades de transmisión sexual o embarazos, y el abuso de las drogas.
Todos estos temas estarán presentes a lo largo de la vida de cualquier persona, pero inicialmente aparecen con la llegada de la pubertad, por eso es fundamental una base sólida de comunicación y confianza, porque no solamente hay que preparar a las niñas en sus cambios físicos, sino en todas estas interrogantes que empiezan a surgir con la llegada de su desarrollo.
Para manejar la pubertad, los padres siempre pueden tener la ayuda de los especialistas, en este caso los pediatras juegan un papel importante en conjunto con los psicólogos, ya que habrá temas que les serán difíciles de tratar y el médico especialista logrará influir para ayudar y apoyar en el bienestar de la menor.
La pubertad conlleva a cambios externos e internos, como lo es el cambio de humor, y no siempre la niña estará dispuesta a hablar, por eso los familiares deben tener comprensión y mucha tolerancia. Hay momentos que la niña puede sentir pena o ansiedad y es el tiempo perfecto para crear un ambiente agradable, para que ella sienta la confianza suficiente y pueda expresarse con total amplitud.
No todas las niñas se desarrollan de la misma manera y es importante comunicárselo a la menor, habrá muchas que empiecen a experimentar cambios más notorios en su cuerpo con la aparición de curvas, caderas y un busto más grande. Es importante explicar que no a todas las chicas les suele pasar de igual forma es importante para evitar la frustración, sobre todo para que las jóvenes preadolescentes comprendan que cada quién va a su ritmo en la vida y eso incluye la llegada de la pubertad.
Libro recomendado: La Pubertad: Cuando Educar ya no Funciona
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