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La historia de Mercurio, el hermano menor de la Tierra

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Mercurio es un planeta conocido por ser el más pequeño de nuestro sistema solar, y ha estado presente en la historia humana desde hace milenios. Su descubrimiento exacto no está registrado. Sin embargo, se tienen pruebas de que las civilizaciones más antiguas (como los sumerios) ya observaban a este veloz planeta de forma rudimentaria.

Esto se debe a que no se necesitan instrumentos avanzados para verle desde la Tierra en algunas épocas, y esto llevó a que su existencia fuera fácilmente notable. A pesar de que sabíamos de su existencia, poco es lo que se sabía de Mercurio antes de la modernidad. Esto debido a la falta instrumentos avanzados para su estudio.

Varias misiones espaciales se han llevado a cabo con el fin de aprender más acerca del planeta más cercano al Sol. Estas nos han permitido aprender acerca del comportamiento de los planetas más próximos al Sol y sus características. Es por eso que el estudio de ese planetapodría significar un avance significativo en los conocimientos astronómicos humanos.

Para ello, en el futuro se planea realizar estudios más cercanos a dicho planeta para obtener más datos acerca de su superficie, composición, atmósfera, etc. Sin embargo, primero es necesario recordar lo que ya aprendimos de Mercurio en el pasado gracias a las primeras misiones espaciales realizadas.

El origen del planeta Mercurio

La teoría más aceptada por la ciencia indica que Mercurio se comenzó a formar junto a la mayoría de los cuerpos astrales del sistema solar. Esto es, hace 4500 millones de años. Al igual que todos los astros dentro y fuera del cinturón de asteroides, sus inicios fueron en el disco protoplanetario que se formó luego del nacimiento del Sol.

Después de que gran parte de la masa restante del colapso gravitacional se reuniera en el centro del sistema para conformar el Sol, los restos fueron aplanados. Dicho aplanamiento fue conformado por la fuerza gravitacional naciente del mismo Sol, dando lugar al disco protoplanetario.

Transcurridos millones de años, el polvo y los restos fueron tomando órbita alrededor del Sol. Gracias a la formación de dicha órbita, otros cuerpos menores y escombros restantes fueron atrapados en las órbitas de cuerpos mayores. Este acto dio lugar a la formación de planetas, como lo es Mercurio.

Un evento que comenzó después del colapso gravitacional en alguna parte pequeña de alguna nube molecular gigante del espacio, dio lugar al nacimiento de nuestro sistema solar. Actualmente muchos investigadores siguen persiguiendo pistas para encontrar pruebas que indiquen con exactitud dónde y cuándo se originó nuestro sistema solar, incluyendo obviamente a Mercurio.

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¿Cómo se formó la superficie de este planeta?

La Sonda Mariner 10 ha estudiado este planeta en tres ocasiones. Entre 1974 y 1975, la sonda estuvo recopilando aproximadamente 2.700 fotos de su superficie. Gracias a dichas fotografías, se llegó a la conclusión de que los asteroides y meteoritos habían sido los protagonistas de la formación de su superficie.

Se creía que los asteroides que habían impactado al planeta Mercurio eran la clave de la formación de su superficie. Sin embargo, luego de que la sonda Messenger, enviada por los Estados Unidos, recopilara información, estudios e imágenes, llegaron a otra conclusión.

En ese momento se evidenció que la clave de la formación de la superficie del planeta fue la actividad volcánica.

Desde que el planeta Mercurio se formó hace unos 4.500 millones de años, su superficie no sólo se ha visto afectada por los impactos de meteoritos. Su clara y evidente actividad volcánica masiva ha dejado en él grandes marcas, que son bastante visibles desde el espacio.

Características físicas de Mercurio

Durante muchos años se ha estudiado a Mercurio con el máximo detalleposible por las herramientas astronómicas disponibles hasta el momento. Con los años las posibilidades de observación y estudio han avanzado junto con la tecnología.

Estas son las características físicas más resaltantes del planeta más pequeño del sistema solar, Mercurio:

  • Fecha de descubrimiento: no se poseen registros, se conoce desde la antigüedad.
  • Categorías: se categoriza como planeta, planeta rocoso y planeta interno.
  • Satélites naturales: 0.
  • Color: Grisáceo pálido.
  • Estrella: su órbita es alrededor de la estrella Sol.
  • Magnitud: Su magnitud aparente es de -1,9.
  • Masa: 3,302×1023.
  • Perihelio: 0,307 499 ua.
  • Afelio: 0,466 697 ua.
  • Periodo de duración anual: 2112 horas.
  • Duración del día: 1416 horas.
  • Velocidad de orbita: 47,8725 km/s.
  • Volumen: 6,083×10102 km3.
  • Diámetro: 4879,4 km.
  • Radio: 2439.7 km.
  • Gravedad: 0,38 g2.
  • Temperatura mínima: -183 °C.
  • Temperatura máxima: 427 °C.
  • Composición atmosférica: 31,7% de potasio, 24,9% de sodio, 9,5% de oxigeno atómico, 7,0% de argón, 5,9% de helio. De igual forma lo se compone de un 5,6% de oxigeno molecular, 5,2% de nitrógeno, 3,6 de dióxido de carbono, 3,4% de agua y 3,2% de hidrogeno.

Posibles observaciones a ojo desnudo y sus fases

A pesar de que Mercurio es un planeta que se puede ver a simple vista, su cercanía al Sol complica un poco su observación. Verlo a simple vista es casi imposible la mayoría de los días del año, esto se debe principalmente a los rayos del Sol.

Debido a que es el planeta más cercano al Sol y también el más pequeño del sistema solar, sólo se puede observar en amaneceres o atardeceres. Con una magnitud aproximada de -2,6 a 5,5 este planeta sólo tiene ciertas oportunidades específicas donde se puede observar a simple vista.

Dichas oportunidades para observar a Mercurio a ojo desnudo son:

  • Observación desde el hemisferio norte: las posibles observaciones matutinas a simple vista se pueden hacer desde septiembre hasta octubre, y apariciones vespertinas desde marzo hasta abril.
  • Observaciones desde el hemisferio sur: en el caso del hemisferio sur, la observación es distinta. Las observaciones matutinas se pueden hacer desde marzo hasta Abril y las vespertinas desde Septiembre hasta Octubre

Mercurio se puede observar en los crepúsculos de dichas fechas en un ángulo bajo, divisándose como una estrella de tono blanco cálido. Por otra parte, durante los eclipses totales del sol, el planeta también es visible a ojo desnudo.

Fases observables desde la Tierra

De la misma forma que Venus y la luna, el planeta más cercano del Sol también cuenta con algunas fases. El planeta más pequeño del sistema solar posee fases donde está nueva en conjunción inferior y llena en conjunción superior.

En sus dos fases principales el planeta tiene una separación del Sol aproximándose a los 17,9° en el perihelio y de unos aproximados 27,8° en el afelio. En las fases creciente y llena, así como en las fases llena y menguante el planeta se puede observar con mucho más brillo del normal.

¿Qué clase de planeta es Mercurio y por qué?

En nuestro sistema solar se pueden encontrar dos tipos de planetas clasificados por su composición, que son los planetas rocosos y los planetas gaseosos. El planeta Mercurio es uno de los cuatro planetas terrestres o llamados planetas rocosos del sistema solar, los otros planetas rocosos son Venus, la Tierra y Marte.

Los planetas rocosos son clasificados de esa forma debido a su composición mayormente de silicatos. Este grupo de minerales son de gran importancia ya que de ellos se componen la mayor parte de las rocas, siendo de esa forma petrogénicos.

Otra característica de los planetas rocosos es su superficie mayormente sólida, a diferencia de los gaseosos que como su nombre lo indica su superficie es mayormente gaseosa o líquida. Los planetas rocosos también comparten como características sus capas de silicatos alrededor del núcleo, generalmente compuesto de metales pesados fundidos.

Los planetas rocosos del sistema solar se encuentran en el sistema solar interior y son llamados en algunas ocasiones los “planetas interiores”. Es por eso que Mercurio también se encuentra en la categoría de planeta interior. Dichos planetas son divididos de los planetas exteriores por el cinturón de asteroides.

Historia de la observación de Mercurio

La observación de las estrellas y los astros tiene básicamente la misma antigüedad que la humanidad. La observación del planeta Mercurio no se escapa de esto.

Su historia con la humanidad es sumamente importante. Debido a la irregularidad visual producida por su cercanía al Sol, los seres humanos lo usamos como guía.

La importancia de este pequeño planeta surgió gracias a su intervalo de apariciones, siendo de esa forma utilizado para indicar algunas estaciones y épocas. Dicho comportamiento lo volvió importante para las civilizaciones, así como también para sus religiones.

Primeras observaciones de Mercurio en los Sumerios

Los registros más antiguos que se tienen de las observaciones y anotaciones de ese planeta se remontan a la época de los Sumerios. Gracias a la inclinación de los Sumerios por los estudios astronómicos y su relación con la astrología, se estudiaron muchos planetas y se guardaron sus registros.

Mercurio estaba registrado en el compendio MUL.APIN de los Sumerios, en el cual reunían anotaciones de distintos aspectos astrológicos y astronómicos. En dicho compendio el planeta más cercano al Sol sale reflejado con el nombre Udu.Idim.Gu, que traducido es “El planeta saltarín o ¨Planeta de salto”.

Para los Sumerios, así como para la mayoría de las civilizaciones antiguas, la astronomía y la astrología estaban fuertemente entrelazadas.

La razón principal era que sus creencias religiosas se basaban en su observación de las estrellas. Para ellos, el planeta no sólo representaba un valor astronómico sino también un valor espiritual.

La observación de Mercurio por los Griegos

La principal característica que diferencia a los Griegos en la observación del planeta Mercurio, es la equivocación que tenían. Los Griegos creían que el planeta más cercano al Sol que lograban ver en el amanecer no era el mismo que lograban ver al anochecer.

Debido a tal percepción del espacio le dieron nombres diferentes. Al Mercurio que veían al amanecer lo llamaron Apolo, mientras que al que veían al anochecer lo llamaron Hermes. Pitágoras fue el primero en proponer que en realidad la observación de esos “dos planetas” era un error, y se trataba del mismo planeta.

Antes de eso ya habían escrito sobre dicho fenómeno. Ptolomeo anteriormente había intentado descifrar y describir la posibilidad del tránsito de Mercurio delante del disco solar.

El inconveniente principal de Ptolomeo era la falta de instrumentos adecuados. Las herramientas de ese entonces no eran capaces de observar estos fenómenos infrecuentes y muy pequeños para verlos a simple vista.

La observación que hicieron los Mayas

Se pueden encontrar referencias hechas sobre dicho planeta por los Mayas que datan del 727 a.c y el 733 a.c. Tales referencias y anotaciones se basan en un cálculo.

Dicho cálculo hecho por los Mayas indica que el astro más cercano al Sol se estaría colocando con exactitud en el mismo lugar en el cielo cada 2.200 días.

Observaciones hechas por los Chinos en la antigüedad

La civilización china también logró recoger información del planeta Mercurio en la antigüedad. En las observaciones hechas por los Chinos se creía que el planeta más cercano al Sol poseía una órbita regular. Dicha órbita era cambiante y avanzaba un grado cada día.

La órbita progresiva en la que creían los chinos, indicaba que cada 365 días aproximadamente Mercurio lograba una revolución alrededor de la tierra. La importancia de este planeta era significativa para dicha civilización, esto se debía principalmente a que el planeta siempre estaba visible en temporadas específicas.

Se podía observar a simple vista en los solsticios y los equinoccios. De igual forma el resto del año el planeta se ocultaba tras los rayos solares. Esto le daba gran importancia a su aparición, ya que se usaba para marcar las estaciones en las civilizaciones Chinas.

Mercurio para la astronomía islámica medieval

En el siglo XI un astrónomo llamado Azarquiel observó y escribió sobre la órbita de Mercurio. En dichas anotaciones resaltó su descripción de una órbita ovalada del planeta. Ibn Bajjah por su parte, realizó en el siglo XII una observación y descripción de dos planetas como si fueran puntos negros en la cara del Sol.

Luego, en el siglo XIII, Maragha Qotb Al-Din Shirazi realizó una sugerencia en cuanto a las pasadas descripciones, indicando que en realidad eran dos tránsitos. Hoy en día se cree que dichas observaciones y descripciones realmente se trataban de manchas solares.

El modelo planetario en la India

El astrónomo Nilakantha Somayaji de la India, realizó en el siglo XV un modelo planetario del planeta más pequeño. En él, explicaba cómo éste tenía una órbita clara alrededor del Sol.

En dicho modelo planetario Mercurio también se movía en una órbita alrededor de la Tierra. Dicha órbita era similar al sistema propuesto por Tycho Brahe en el siglo XVI.

Luego de la observación por telescopios que surgieron más adelante, muchas teorías que eran el resultado de la observación a simple vista, quedaron refutadas.

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Observación con grandes telescopios

Pasaron miles de años en los que el estudio de Mercurio estaba limitado a una observación a ojo desnudo. Esto cambió cuando Galileo Galilei lo observó con su telescopio el siglo XVII, convirtiéndose en el pionero del uso de los telescopios para la observación espacial. Aunque Galileo observó y estudió a dicho planeta, sus telescopios no eran lo suficientemente avanzados para ver las fases.

Años más tarde, en 1631, un francés llamado Pierre Gassendi realizó las primeras observaciones del tránsito de Mercurio. Tales observaciones se basaban principalmente en el tránsito que tenía el planeta más pequeño del sistema solar cruzando el Sol.

Las fases que tiene el planeta Mercurio similares a las de Venus y la Luna, fueron descubiertas por Giovanni Zupi en 1639. Gracias a sus observaciones se terminó de determinar que Mercurio orbitaba alrededor del Sol. En 1880 Giovanni Schiaparelli logró mapearlo de una forma más correcta.

Esto permitió teorizar la rotación de 88 días terrestres, lo cual significó un avance importante para el estudio de dicho astro. Finalmente en 1965, gracias al astrónomo Giuseppe Colombo, se logró estimar con exactitud la rotación de Mercurio, definiéndola en 59 días terrestres.

Origen del nombre de Mercurio

El planeta Mercurio ha sido observado desde hace miles de años (en el pasado de forma rudimentaria), siendo probablemente descubierto por la antigua civilización Sumeria. Es por esto que, la religión tenía una conexión directa con la observación espacial de ése entonces, es decir, la astrología.

Por estas razones, los planetas que hoy conocemos han sido nombrados de diferentes formas a lo largo de los milenios. Sin embargo, fueron los Griegos quienes nombraron por último a este planeta en representación de uno de sus dioses; Hermes era el dios del comercio, un mensajero veloz y un ladrón.

La razón para bautizar a este planeta con el nombre este dios se debía a su confuso pero veloz patrón de movimiento. Tiempo después, con la llegada del Imperio Romano, el nombre de éste planeta (basado en el dios Hermes) fue traducido al romano como “Mercurius”. Posteriormente y en la actualidad está traducido como “Mercurio”.

Este nombre proviene del latín “merx” que significa “mercancía”, haciendo así referencia a la faceta mercantil que tenía este dios en la antigüedad. Es importante recordar que en aquellas épocas la humanidad creía que los astros orbitaban la Tierra y aún no se tenían los instrumentos adecuados para refutar esa creencia.

Observación de Mercurio desde el espacio

A lo largo de miles de años la astronomía ha ido avanzando mucho. Incluso, se ha llegado al estudio de los planetas no sólo desde la tierra, sino también desde el espacio. En el caso de Mercurio existe un detalle importante a la hora de querer estudiarlo desde los telescopios espaciales.

La ubicación cercana al Sol ha sido un factor determinante. Esto ha impedido el estudio adecuado de Mercurio desde telescopios espaciales, como por ejemplo el telescopio espacial Hubble. Dicho planeta rocoso no sólo es el más cercano al Sol, sino también el que posee la órbita más rápida del sistema solar.

Por esa razón la forma más viable que se ha conseguido hasta ahora para estudiar a Mercurio es enviando sondas hasta las cercanías del planeta.

Sondas que han ido a Mercurio

Desde hace décadas se han hecho esfuerzos para estudiar a Mercurio y todo acerca de él, enviando así varias sondas planetarias para su observación. Algunas de ellas recopilaron información poco detallada y otras obtuvieron muchas imágenes y datos cruciales para su estudio y comprensión.

Sin embargo, los estudios continúan en la actualidad, habiendo misiones en curso de sondas rumbo a tal planeta con fines científicos. Por ello, es importante conocer la historia de las sondas que ya han visitado antes a este planeta ardiente.

Sonda Mariner 10

Esta sonda es muy conocida por ser la primera en sobrevolar a Mercurio, lo cual logró hacer tres veces; la primera el 24 de Marzo de 1974 , la segunda el 21 de Septiembre de ese mismo año y la tercera el 16 de Marzo al año siguiente.

Fue enviada en el año 1973 el 3 de noviembre, siendo la última del programa Mariner perteneciente a la NASA. Tenía como misión explorar la superficie del planeta, su atmósfera y sus características físicas.

Eso además de probar un transmisor en etapa experimental y probar la asistencia gravitatoria de parte de Venus para su propulsión hacia Mercurio. En el trayecto, la Mariner 10 tomó fotografías de la atmósfera de Venus en el espectro ultravioleta. Aparte, realizó otros estudios de su atmósfera.

Posterior a eso, durante los sobrevuelos al planeta, la Mariner 10 logró cartografiar aproximadamente el 43% del planeta, pero sólo el lado que daba al Sol. Al completar su propósito, no pudo regresar a la Tierra debido a que ya no tenía combustible. Debido a esto, se perdió contacto con la misma y quedó abandonada orbitando al Sol.

Sonda MESSENGER

La MESSENGER fue una sonda espacial de la NASA enviada a Mercurio en Agosto 3 del 2004 gracias al cohete espacial Delta II desde Cabo Cañaveral. Esto la convirtió en la segunda sonda en ir al planeta después de 30 años. El trayecto que la sonda tenía que recorrer era extenso y de camino sobrevoló la Tierra, la Luna y a Venus (dos veces).

Al sobrevolar la Tierra y la Luna obtuvo datos de sus superficies y atmósferas usando un espectrómetro. De la Tierra también obtuvo información acerca de su magnetósfera. Por otro lado, al sobrevolar Venus también tomó fotografías de su superficie.

La MESSENGER no orbitó de cerca a Mercurio, ya que dicho planeta prácticamente no cuenta con atmósfera y no es posible realizar un aerofrenado. En cambio, sobrevoló al planeta tres veces, comenzando en Enero 14 del 2008 y luego el 6 de Octubre de ese mismo año. La tercera vez fue el 29 de Septiembre del año siguiente y redujo su velocidad para la inserción orbital.

Dicha reducción de velocidad fue gradual para lograr orbitar el planeta, convirtiéndose en la primera sonda espacial en lograrlo en Marzo 18 del 2011. Luego encendió y comprobó el funcionamiento de los instrumentos que iba a necesitar para el estudio orbital.

Objetivos de la misión y su finalización

La misión consistía en mapear el planeta para crear un modelo tridimensional de su magnetósfera y crear un mapa global de la superficie. Además debía comprobar la existencia de residuos volátiles en los cráteres del planeta.

Originalmente la misión debía durar un año terrestre desde el momento en que la sonda se situase en la órbita del planeta. Sin embargo, la misión se extendió cuatro años más. Finalizó en Abril 30 del 2015 cuando la hicieron estrellarse contra la superficie de Mercurio a casi 4 km/s.

Este choque generó un cráter de unos 16 metros de diámetro, dejando al descubierto algunos residuos minerales frescos del subsuelo sin tanta exposición al exterior. Se tiene planeado que la próxima sonda espacial en ir al planeta, estudie el cráter dejado por la colisión del MESSENGER con fines científicos.

Como resultado de estos estudios, se obtuvieron más de 250.000 fotografías e imágenes en alta resolución de la superficie del planeta. Una de ellas demostró la existencia de agua congelada en Mercurio. Además, algunas fotografías revelaron información nueva de ciertos lugares que la anterior sonda enviada (la Mariner 10) ya había fotografiado tres décadas atrás.

El futuro de las sondas a Mercurio

Los estudios hasta ahora realizados a Mercurio no han sido suficientes para conocer a profundidad al planeta y por eso es necesario recopilar más información. Para eso se deben enviar nuevas sondas espaciales mejor preparadas que las anteriores y así estudiar exhaustivamente dicho planeta.

Sin embargo, no son muchas las misiones planeadas para un futuro cercano ya que los presupuestos son altos y también hay otros planetas por estudiar. A pesar de ello, hay una sonda espacial que actualmente está rumbo a Mercurio y que cuenta con los instrumentos necesarios para su análisis riguroso.

Sonda BepiColombo

La Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA) colaboraron para enviar la sonda BepiColombo rumbo a Mercurio en Octubre 20 del 2018.

Dicha sonda cuenta con dos satélites que al llegar a su destino se separarán en diferentes órbitas recopilando diferente información. Estos satélites son el Mercury Planetary Orbiter y el Mercury Magnetospheric Orbiter. La misión ya está en curso y se tiene planificado que la sonda llegue a su destino en Diciembre 5 del 2025.

 Antes de llegar a su destino, el BepiColombo sobrevoló la Tierra y sobrevolará a Venus, para luego sobrevolar Mercurio unas seis veces y finalmente situarse en órbita. El nombre BepiColombo fue en honor al profesor Giuseppe Colombo (1920 – 1984), quien descubrió la resonancia orbital del planeta.

Dicha resonancia provoca que Mercurio dé tres vueltas sobre su eje (tres días mercurianos) por cada dos revoluciones alrededor del Sol (dos años mercurianos). Además, Giuseppe colaboró con la NASA al aconsejarles cómo usar en el Mariner 10 la maniobra de “asistencia gravitatoria” sobre el planeta Venus.

MPO y sus objetivos

El Mercury Planetary Orbiter (MPO) es el primero de los dos satélites integrados en la sonda espacial BepiColombo. Este tiene, entre otros objetivos, estudiar la superficie y estructura interna del planeta Mercurio.

Para ello, está equipado con múltiples instrumentos científicos que en conjunto pesan unos 80 kg aproximadamente.

La sonda MPO pesa poco más de una tonelada y su medio principal de propulsión es la propulsión de iones. Además se espera recibir unos 1550 Gb de información al año, que en promedio serían unos 50 kb/s.

MMO y sus objetivos

El Mercury Magnetospheric Orbiter es el segundo de los dos satélites integrados en la sonda espacial BepiColombo. Este tiene como misión principal el estudio del campo magnético del planeta y su magnetósfera. Esta cuenta con menos instrumentos que el MPO y que en conjunto pesan unos 45 kg.

La sonda MMO pesa mucho menos que la MPO, llegando a poco más de ¼ de tonelada, la cual también será propulsada mediante propulsión de iones. De este se espera obtener una media de 5 kb/s, siendo así una décima de la información que recogerá el MPO.

Curiosidades acerca del planeta Mercurio

Mercurio es un planeta que posee una serie de cualidades particularmente asombrosas y extrañas, siendo en parte resultado de su tamaño, composición y cercanía al Sol.

Los estudios realizados a este planeta han revelado importante información acerca de sus ciclos y procesos. A pesar de ello, no es suficientemente detallada la información que se ha obtenido de Mercurio desde los comienzos de la Astronomía Moderna.

Esto se debe a que su gran velocidad y alta temperatura dificultan el estudio cercano por parte de las sondas. Sin embargo, las observaciones previamente realizadas han revelado algunas curiosidades. Entre las más notables destacan:

  • Mercurio no es el planeta más caliente de nuestro sistema solar, lo que puede sorprender ya que es el más cercano al Sol. Esto se debe a que gira muy lentamente sobre su eje, posee una atmósfera muy débil y su órbita no es perfectamente circular. Sus temperaturas más altas pueden llegar a los 427ºC y las más bajas a los -183ºC.
  • Mercurio es el segundo planeta rocoso más denso de nuestro sistema solar. Posee un gran núcleo compuesto mayormente de hierro, y     se compone principalmente de varios metales pesados y rocas. Un centímetro cúbico de este planeta puede tener hasta 54 decigramos de densidad.
  • Existe un fenómeno comúnmente conocido como las “Colas de Mercurio”. Este se genera debido al efecto que producen los vientos del Sol al entrar en contacto con la magnetósfera de este planeta. Las “Colas de Mercurio” están formadas principalmente de hidrógeno.
  • Este planeta tiene hielo, el cual se mantiene gracias al frío que puede llegar a hacer en este planeta en algunas épocas. Algunos científicos creen que su aparición se produjo debido a la colisión con algún asteroide que lo portaba. Este hecho puede ser inusual ya que con temperaturas tan altas durante el día casi cualquier líquido se evapora en poco tiempo.
  • Este pequeño planeta tiene un amanecer doble. Esto ocurre de manera que el Sol se asoma en el horizonte, se mantiene así y luego se esconde por el mismo lugar. Por último, vuelve a salir y el día continúa de forma normal.
  • El ciclo orbital del planeta es rápido y el rotatorio es muy lento. El tiempo que tarda este planeta en dar una vuelta completa sobre su órbita son 88 días terrestres. Sin embargo, tarda 59 días terrestres en girar sobre su eje. Es decir, los años de Mercurio sólo tienen un día y medio. Debido a esta lentitud de giro los días son infernales y las noches gélidas.
  • Este planeta no cuenta con estaciones ni satélites naturales. Debido a su poca fuerza de gravedad (poco más de un tercio que la de la Tierra) no tiene lunas o cuerpos rocosos que lo orbiten. Tampoco tiene estaciones ya que la inclinación sobre su eje es muy poca.
  • El núcleo de este planeta compone ¾ de su radio, y se cree que podría ser líquido. Normalmente en planetas tan pequeños el núcleo se solidifica, pero el azufre presente en el núcleo de Mercurio evita que este proceso se complete.
  • Un evento geológico en este planeta le produce “arrugas” en su superficie. Esta irregularidad sísmica es provocada por el constante enfriamiento y calentamiento de su núcleo, que se extiende a kilómetros en su superficie.
  • Mercurio es el planeta del sistema solar con más cráteres en su superficie, producto de las colisiones con asteroides y otros cuerpos rocosos. Muchos de estos cráteres han sido bautizados con los nombres de varios artistas populares. El más grande de ellos (llamado Caloris) tiene un diámetro de aproximadamente 1550 km.

El futuro de la observación de Mercurio

A medida que se estudia a este planeta se aprende más acerca de su comportamiento y características. Estos estudios requirieron en el pasado el envío sin retorno de dos sondas espaciales. Teniendo tres décadas de diferencia la una de la otra, es posible representar a través de ellas lo rápido que avanza la Astronomía Moderna.

Esto en comparación a la escasa información que se tenía de Mercurio antes de sus lanzamientos. Además, se esperan nuevos estudios para finales del 2025 con la llegada de la sonda BepiColombo al planeta, la cual podría revelar nueva información importante.

En base a estos avances se puede afirmar que, en un futuro no muy lejano, las limitaciones que actualmente retrasan los estudios astronómicos serán disminuidas por la tecnología. Dicho esto, es cuestión de tiempo antes de que podamos estudiar este planeta a profundidad y reafirmar toda la información que tenemos de él.

Sin embargo, no sólo Mercurio será estudiado ya que existe una infinidad de astros por investigar. A pesar de ello, algo sí es seguro, y es que no falta mucho para que aumente el conocimiento que se tiene de este planeta. Hasta entonces, se seguirán realizando los estudios necesarios para conocer más acerca de Mercurio, el hermano menor de la Tierra.

Referencias:

https://es.wikipedia.org/wiki/Mercurio_(mitolog%C3%ADa)

www.geoenciclopedia.com/mercurio/

www.planetario.net/mercurio/

www.geografiainfinita.com/2018/04/un-recorrido-por-la-geografia-de-mercurio/


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Mou D. Khamlichi

Mou D. Khamlichi

Auther

El Doctor Mourad es un apasionado de las ciencias y muy especialmente de la que conduce al descubrimiento de nuevos medicamentos para curar enfermedades relacionadas con el sistema nervioso central (la esquizofrenia y el Parkinson) y con la oncología, tratando varios tipos de cánceres tales como el cáncer de páncreas o el cáncer estomacal. Mourad dirige el trabajo de 30 investigadores en la empresa Eurofins-Villapharma desde el año 2008. Junto con su equipo da constante apoyo a las grandes multinacionales farmacéuticas para encontrar nuevos fármacos del siglo XXI. Cualquier persona puede contactar con él a través del formulario de contacto en este sitio web o a través de su perfil profesional de Linkedin.

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