Las definiciones y conceptos de la inteligencia han variado, según han proliferado teóricos e investigadores. William Stern es uno de ellos; que hicieron, del medio cognitivo, un entorno científico de estudio del pensamiento, la personalidad entre otras áreas cognoscitivas.
Poder medir esta última, ha supuesto un trabajo arduo por, la subjetividad del tema y la oposición encontrada en el entorno psicológico. Así mismo por, la competencia encontrada en esa época, en cuanto a las diversas indagaciones acerca de la inteligencia.
Es así que, quien acuñó la expresión de coeficiente de la inteligencia, CI o IQ, fue este filósofo, e investigador nacido en Alemania William Stern. Este intelectual es pionero en plantear teorías de la personalidad y del área cognoscitiva; además, es precursor de la proposición sobre el cociente o índice de la intelectualidad.
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Característica del coeficiente de la inteligencia según William Stern
Este coeficiente fue creado en el año 1912 por el investigador y pedagogo William Stern; y su intención era contestar a ciertas inquietudes de esa época, en el campo educativo. Hoy en día, aún se utilizan esas estimaciones para dar respuesta cuantitativa a algo tan subjetivo como es, el término de inteligencia.
Habitualmente se estudiaba el progreso cognoscitivo del ser humano desde que se nace, hasta alrededor de los 15 años. En cuanto a la inteligencia, está comprobado que aumenta durante el desarrollo del niño. Alcanzando su escala más alta, cerca de la adolescencia, etapa de hiperactividad y motivación cognitiva del individuo.
Posteriormente, se estabilizaba para variar, e inclusive decaer a lo largo de la existencia los individuos. En ese sentido, la intención de hacer algún tipo de medición cognitiva, es debido a que las pruebas o test usados; se adecuen a la edad biológica del individuo, en relación a la edad mental de estándares previos.
Asimismo, este cociente intelectual (CI), es una valoración numérica; resultante de la edad cognitiva del individuo dividida entre la edad biológica, multiplicada por 100 lo que genera resultados en números enteros.
Otros detalles del coeficiente de inteligencia según William Stern
Esta fórmula matemática, expresada por W. Stern en su teoría, se muestra a continuación:
CI= edad cognitiva/edad cronológica X 100.
La edad cognitiva o mental, está determinada por la aplicación de pruebas estandarizadas, establecidas con anterioridad.
Otro factor, que se debe considerar, es la variación establecida en un 15% +/-, considerándose estadísticamente normal un coeficiente intelectual de 100. Si aplicamos una varianza de más o menos 15%; la resultante nos da un valor estimado entre 85 y 115 de rango de coeficiente intelectual. Lo anteriormente expuesto se considera estadísticamente correcto.
Categorización del índice de inteligencia de William Stern
Al establecer parámetros estadísticos, nos damos cuenta que al ordenar el índice cognoscitivo de una población determinada, esta llega a formar una curva normal o una «curva de campana». Esta se conoce en la estadística como curva de Gauss.
Es así que, al aplicar la fórmula matemática propuesta por W. Stern, se pueden establecer cuantificaciones de medibles del cociente intelectual de un individuo.
En ese sentido, un individuo con coeficiente cognitivo menor a 85 es considerado un ser subnormal; mientras que, un individuo con coeficiente intelectual mayor a 115 es considerado un ser supranormal. A continuación, detallamos la categorización del índice de inteligencia según William Stern:
- Genio. 130 o más.
- Superior. 115 a 130.
- Normal. 85 a 115.
- Retardo mental limítrofe o boderline. 70 a 85.
- Retardo mental leve. 50 a 70.
- Retardo mental moderado. 35 a 55.
- Retardo mental grave. 20 a 40.
- Retardo mental profundo. 20 a 25 o menos.
El resultado de establecer estos parámetros psicométricos ha sido muy útil, sobre todo en el medio educativo. En el cual se han podido conformar centros educativos para infantes con necesidades especiales. Así como, atención específica al otro sector de la población, con destrezas que superan la media.
Implicaciones del sistema psicométrico de Stern
La aplicación de la psicometría se ha aprovechado para proporcionar medios acordes a las personas y potenciar sus habilidades. Les ha dado las facultades para educarse y adecuarse a medios noveles. Además, ha facilitado el perfeccionamiento de destrezas específicas como: habilidades matemáticas, destrezas musicales, psicomotrices, visuales o sociales
Sin embargo, estas mediciones psicométricas, o índices de intelectuales de William Stern, se deben manejar con sumo cuidado y delicadeza; y entender que es una noción relativa, que puede generar discrepancias, generalmente de desaprobación al señalar de una u otra manera a los individuos.
Existen estudios que muestran que el niño intenta acomodar el cumplimiento de tareas a expectativas creadas. Cabe destacar, que los estudios psicológicos actuales consideran inadecuado etiquetar a los individuos.
Así, por ejemplo, denominaciones como: retrasado, incapaz, superdotado, son inconvenientes, porque estos rótulos, pueden limitar las posibilidades y generar efectos no deseados. Asimismo, el no poder cumplir ciertas expectativas puede llegar a ser negativo para la persona que no las cumpla.
En ese sentido, algunos estudios revelan que la media del índice cognitivo formulado por William Stern ha aumentado cada periodo de diez años hasta 3 puntos. Desde el mismo momento de haberse comenzado a hacer medibles las nociones de inteligencia, a inicios del siglo XX. A esto, se le señala como el efecto Flynn y se explica, por mostrar mejorías en algunas áreas como la escolaridad y la nutrición.
La misión de planificar
Para concluir, se debe expresar que hacerle seguimiento a este tipo de estudio, debe ser la misión de quienes planifican la estructura de una organización determinada. Por ello, sea a nivel gubernamental o privado, el aporte en el rendimiento de los integrantes de la misma, puede determinar mejoras para la organización.
Por otro lado, etiquetar o rotular a las personas con algún tipo de adjetivo calificativo, sea cual fuere, generaría efectos impredecibles. Estos pueden transformar el ambiente del medio educativo, laboral e incluso social.
De esta manera, es importante entender que toda evaluación es subjetiva, sujeta a la preparación del evaluador a su ojo clínico y la empatía del mismo. Por ello debe hacerse uso racional de las mediciones psicométricas.
Referencias:
https://core.ac.uk/download/pdf/61911246.pdf
www.scielo.org.co/pdf/racefn/v35n134/v35n134a09.pdf
www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0370-9082011000100009
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