ALbert Einstein

¿Qué tenía el cerebro de Einstein?

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El cerebro de Einstein, tras su muerte en 1955, fue removido, arreglado y fotografiado desde múltiples ángulos para estudiar su inteligencia, pero al día de hoy continúan los misterios sobre el origen de su genialidad.  

Una vez extraído el cerebro fue seccionado en 240 bloques y se prepararon portaobjetos histológicos para luego trazar una “hoja de ruta” que ilustrara la ubicación de cada bloque dentro del cerebro mediante diapositivas asociadas.

Sin embargo, 66 años después de su muerte todavía son inciertas algunas hipótesis explicativas acerca de la extraordinaria inteligencia del célebre físico alemán.

Einstein fue reconocido como un científico poseedor de un extraordinario coeficiente intelectual, aunque también era un experto violinista, y el estudio de su cerebro todavía despierta interés.

¿Por qué son tan importante los estudios sobre el cerebro del físico alemán?

Uno de los últimos trabajos realizados acerca del cerebro del genial Albert Einstein es el de Lapore quien en su libro examina la sustancia, los méritos y las críticas del conjunto de publicaciones, todavía en aumento, sobre histología y aspectos anatómicos generales del cerebro de este científico excepcionalmente inteligente (1)

El libro es una biografía (casi una novela) de todo lo que acontecido con el cerebro del genio desde su muerte, porque en la obra destaca hechos intrigantes y bien conocidos como el robo de los globos oculares de Einstein y la desaparición del informe de la autopsia.

Lepore hace revelaciones sobre la política académica que continúa alrededor de los intentos de acceder a las fotografías y partes del cerebro de Albert Einstein que permanecen bajo la custodia de algunas personas e instituciones.

¿Qué tiene de especial el trabajo de Lapore?

Algo de lo que generalmente se lamenta los que se interesan por el estudio del cerebro del físico alemán es la ausencia de imágenes de resonancia, y es porque esa tecnología de la neurociencia no llegó hasta treinta y seis años después de la muerte de este célebre físico.

La biografía de Lepore del cerebro de Einstein comienza el 18 de abril 1955 cuando el renombrado científico de 76 años murió de una aneurisma inoperable de la aorta abdominal en el Hospital de Princeton, Nueva Yersey.

El patólogo Thomas Harvey, quien murió en 2007, extrajo y conservó el cerebro en la autopsia y, poco después, obtuvo el permiso del hijo de Einstein, Hans Albert, así como del albacea del físico, para conservarlo y disponer su estudio por científicos calificados.

Lepore detalla las meticulosas fotografías tomadas por Harvey, primero las tomadas del cerebro intacto y luego una vez diseccionado, además de la posterior transformación de las imágenes en diapositivas microscópicas (encajadas en una “hoja de ruta”) y 240 trozos envueltos en gasa y colocados en dos frascos de vidrio con líquido para su conservación, de los cuales hoy se desconoce su paradero.

Hasta el mismo Einstein se interesó por estudiar su cerebro

Lapore en su biografía también describe los hallazgos (o la falta de ellos) de los estudios que Einstein se había realizado.

Einstein se sometió a un electroencefalograma en 1951 para observar cambios en sus ondas cerebrales asociados con el pensamiento sobre los problemas de la relatividad, y después de revisarlos publicó introspecciones sobre cómo pensaba, lo que demuestra el interés del genio en conocer su cerebro.

Lepore inquiere sobre el paradero desconocido de un grupo de fotografías calibradas que fueron tomadas de todos los ángulos del cerebro y de la disección de los hemisferios efectuada por Harvey después de extraer el cerebro (1)

ALbert Einstein

¿Qué revela el último estudio del cerebro de Einstein?

En el estudio realizado por Lapore en 2013 se describe la neuroanatomía macroscópica externa de la totalidad de la corteza cerebral de Einstein mediante 14 fotografías que fueron descubiertas poco años antes de la investigación, la mayoría de las cuales fueron tomadas desde ángulos no convencionales.

Dos de las fotografías revelan patrones surcales de las superficies mediales de los hemisferios, y otra muestra la neuroanatomía del lado derecho. Se identifican la mayoría de los surcos de Einstein y se comparan los patrones de surcos en varias partes del cerebro con los de 85 cerebros humanos.

Actualmente, y en la medida de lo posible, las características inusuales del cerebro del notable científico se interpretan a la luz de lo que se sabe sobre la evolución de los procesos cognitivos superiores en los seres humanos (3)

Una de las presunciones es que el cerebro del creador de la teoría de la relatividad tiene una corteza prefrontal extraordinaria, que puede haber contribuido a los sustratos neurológicos en algunas de sus notables habilidades cognitivas.

Las cortezas somatosensoriales y motoras primarias cerca de las regiones que típicamente representan la cara y la lengua están muy expandidas en el hemisferio izquierdo.

Los lóbulos parietales de Einstein también son inusuales y pueden haber proporcionado algunos de los fundamentos neurológicos de sus habilidades visuoespaciales y matemáticas, planteándose esta hipótesis en diversos estudios.

¿Qué sucedió con el cerebro del genio luego de su muerte?

Albert Einstein murió poco después de la 1 de la madrugada del 18 de abril de 1955, a la edad de 76 años.

A las pocas horas de su muerte en el Hospital de Princeton, debido a la ruptura de un aneurisma aórtico abdominal, su cerebro se extrajo, se pesó (1230 g), se midió (40 mediciones), y finalmente se sumergió y perfundió con formalina al 10%.

El patólogo examinador, Thomas S. Harvey, utilizó una cámara Exakta de 35 mm para tomar docenas de fotografías en blanco y negro de la totalidad del cerebro y luego de las partes parcialmente diseccionadas, antes de dividir los hemisferios mediante una modificación de la técnica de Bailey y von Bonin (4) en 240 bloques.

También se conservaron el cerebelo, el tronco encefálico y las arterias cerebrales. Los bloques estaban incrustados en celoidina; de 5 a 12 juegos de 100 o 200 (las cuentas varían), se seccionaron los portaobjetos histológicos y se tiñeron con tinciones de mielina.

En el momento en que el cerebro se seccionó en los 240 bloques, se preparó una «hoja de ruta» para ilustrar las ubicaciones en el cerebro de cada bloque y, posteriormente se prepararon portaobjetos histológicos a partir de ellos con las ubicaciones.

El misterio de la desaparición de los ojos del genio

A excepción de su cerebro y ojos, el cuerpo de Einstein fue incinerado en el día de su muerte. Los ojos fueron removidos por su oftalmólogo y permanecen en manos privadas de manera anónima. El informe de la autopsia permaneció desaparecido durante 18 años.

La travesía de seis décadas del cerebro del excepcional personaje incluye viajes con el Dr. Harvey desde Princeton hasta el Medio Oeste y regreso al Centro Médico Universitario en Princeton en 1996, además de un periplo por no menos de 18 investigadores, quienes recibieron tejido cerebral o fotografías del Dr. Harvey.

Hasta el 2013, seis publicaciones revisadas se había realizado producto del análisis de los bloques de tejido, portaobjetos de microscopio o fotografías. La biografía de Lapore es uno de los trabajos más recientes efectuados sobre el cerebro del genio.

Resultados de algunos estudios realizados hasta ahora

Witelson et al., en su estudio compararon las medidas exteriores del cerebro de Albert Einstein con la de 35 cerebros de hombres de 65 años o más y 56 femeninos encontrando que no había grandes diferencias a excepción de los lóbulos parietales (2).  

Específicamente, la morfología de la cisura de Silvio era única en comparación con los 182 hemisferios de los otros cerebros. Por otra parte, el fin posterior de esta cisura marcaba una relativa posición anterior, asociado con una ausencia de opérculo parietal. En esa región el cerebro tenía un 15% más de anchura respecto a los otros cerebros con que se comparó.

Además, los autores advirtieron que la compactación del giro supra marginal dentro del lóbulo parietal inferior del cerebro de este celebre científico podría reflejar una amplia expansión de corteza altamente integrada dentro de una red funcional.

Los estudios no son coincidentes en los resultados

Falk et al., compararon las 14 fotografías de la estructura anatómica del cerebro de Albert Einstein con 60 cerebros descritos por Conolly en 1950 y 25 descritos por Onno, advirtiendo que estos últimos al haberse realizado en Zurich los cerebros eran europeos, mientras que de los primeros la mitad era de alemanes. En este estudio también participó Lapore (3).

Los investigadores encontraron como diferencia una inusual expansión de la corteza somatosensitiva primaria izquierda, y de la corteza motora primaria izquierda en el cerebro del genio, lo que podría explicar su amplio desarrollo cognitivo. Pero no coincidieron en los hallazgos de Witelson en cuanto a la cisura de Silvio.

Otro estudio es el de Men et al., quienes hipotetizaron que el amplio desarrollo cognitivo de Einstein era producto de una estructura única del cuerpo calloso, por lo que midieron varias veces esta parte del cerebro (5)

Las medidas del cuerpo calloso del cerebro de Albert Einstein fueron mayores que las de los cerebros comparados, a excepción por la altura de la línea media y el perímetro del cuerpo calloso que resultaron más largos en el grupo con mayor edad, y la circularidad del cuerpo calloso que resultó más larga en los de menos edad.

¿Qué tan confiables o exitosos han sido los resultados obtenidos?

Tomó décadas antes de que comenzaran a aparecer artículos sobre la histología o morfología del cerebro de Einstein, en parte por el extravío de parte de la información. También hubiera ayudado mucho contar con la tecnología de que se dispone ahora, por ejemplo, la resonancia magnética.

Los diferentes estudios solo coinciden en el hecho de que la corteza cerebral de Einstein era delgada y tenía surcos ensanchados, que eran normales para su edad. El peso  bruto de la masa cerebral (1230 g) tampoco fue excepcional.

¿Qué se espera en el futuro? ¿La tecnología ayudará a descifrar las claves?

El estudio sobre el cerebro de Einstein se considera incompleto desde diversas perspectivas. En primer lugar, el cerebro de Albert Einstein ya no existe en un estado intacto, sino a través de fotografías.

Después de ser removido y procesado, todo lo que quedó del cerebro de Albert Einstein fueron láminas histológicas, fragmentos de cerebro almacenado en frascos con formaldehído, medidas no especificadas que Harvey obtuvo directamente del cerebro y fotografías calibradas (6).

Se desconoce el paradero de los frascos, pero aunque aparecieran ha pasado mucho tiempo desde que se almacenó el cerebro y esto puede haber afectado su estructura.

Sin embargo, todavía se pueden identificar surcos e interpretar las fotografías del cerebro del genio alemán, de la misma manera que se observa la morfología cortical y son estudiados los fósiles por paleoneurólogos.

Se espera que con la ayuda de nuevos avances tecnológicos futuros expertos puedan reconocer y explicar las características anatómicas en función de su genialidad, principalmente, las súrcales recientemente identificadas en la corteza cerebral.

Referencias

  1. Lapore, F. (2018) Ffinding einstein’s brain. 141; 2225–2229
  2. Witelson, S. et al., (1999). The exceptional brain of Albert Einstein. The lancet, Vol 353: 2149-2153.
  3. Falk et al. (2013) Falk, D., Lepore, F.E. and Noe, A. (2013). The cerebral cortex of Albert Einstein: a description and prliminaryanalysis of unpublishedphotografhs. Brain. 136; 1304-1327.
  4. Bonin Bailey P, & Von Bonin G. (1951) The isocortex of man. Urbana, IL: University of Illinois Press; 1951
  5. Men W. et al. (2013). The corpus callosum of Albert Einstein’sbrain: anotherclue to hishighintelligence? Brain. 1-8.
  6. Lepore F. E. (2001) Dissecting genius—Einstein’s brain and the search for the neural basis of intellect. Vol. 3. Cerebrum: The Dana Forum on Brain Science; 2001. p. 11–26.

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Mou D. Khamlichi

Mou D. Khamlichi

Auther

El Doctor Mourad es un apasionado de las ciencias y muy especialmente de la que conduce al descubrimiento de nuevos medicamentos para curar enfermedades relacionadas con el sistema nervioso central (la esquizofrenia y el Parkinson) y con la oncología, tratando varios tipos de cánceres tales como el cáncer de páncreas o el cáncer estomacal. Mourad dirige el trabajo de 30 investigadores en la empresa Eurofins-Villapharma desde el año 2008. Junto con su equipo da constante apoyo a las grandes multinacionales farmacéuticas para encontrar nuevos fármacos del siglo XXI. Cualquier persona puede contactar con él a través del formulario de contacto en este sitio web o a través de su perfil profesional de Linkedin.

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