Almanaque o calendario así conocemos hoy el sistema para registrar el tiempo. El mundo está diseñado para medir el tiempo, y el giro de la tierra es la base para la división del tiempo en días y noches. El calendario es tan antiguo como la vida misma.
El hombre ha dividido el tiempo en día solar, año lunar, y años solares en base a los movimientos de la tierra. Entender cómo funciona el calendario es fundamental para cualquier ser humano, veamos un poco más sobre este maravilloso invento.
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El calendario y los romanos
La palabra calendario viene del latín “calendarium”, este era el calificativo romano para los libros de cuentas. Los romanos contaban el tiempo por períodos lunares y llamaban Kalendae o Calenda al primer día del novilunio.
El primer día de la luna nueva correspondía al día en que visitaba el cobrador con su librito o “Calendarium” para ajustar las cuentas con sus deudores. Esa necesidad innata del ser humano de estar organizado en base a un horario hizo surgir la idea de un calendario.
Con este sistema organizado de medir el tiempo se podría sentir tener el control de los acontecimientos más importantes de su vida. Hoy, igual que a nuestros ancestros, el calendario nos permite organizar nuestra vida familiar, social y laboral.
En el pasado, diferentes culturas emplearon variedad de métodos para calcular el tiempo. Los primeros calendarios solo medían el tiempo en forma de años. Gradualmente se fue introduciendo la división de meses y días en el almanaque. Algunos de esos almanaques primitivos siguen en uso hoy en día en ciertos lugares de la tierra.
Registro del primer calendario
Los primeros calendarios de los que hay reconocimiento eran lunares. En el calendario lunar los meses del año se detallaban por períodos completos de la luna. El almanaque lunar daba inicio desde una fase de la luna hasta la próxima fase igual. Por ejemplo, del novilunio hasta el siguiente novilunio.
El primer calendario del que hay registro data de 8.000 años antes de Cristo. Se trata de un monumento compuesto de 12 piedras que marcan el paso de la luna a lo largo de un año. Una lunación completa dura exactamente 29 días 12 horas y 44 minutos, por lo tanto 12 meses lunares resultaban más cortos que un año solar.
Esto hizo surgir la necesidad de acoplar el calendario lunar con el año solar. Nace así el almanaque lunisolar o embolismal, donde se añadían meses solares al almanaque lunar para equiparar la duración del año lunar al solar.
Nadie sabe exactamente que método se usaba para establecer cuándo y cuántos días se debían aumentar en el almanaque lunisolar. Lo más probable es que lo hicieran observando los equinoccios de primavera y otoño para establecer cuándo y cuánto diferían las estaciones. En base a esta observación, hacían los ajustes en el calendario lunisolar.
Aportes de los sumerios, egipcios y griegos al calendario
Las potencias Asiria y Babilonia ocuparon la región de Mesopotamia y son conocidas por su avanzado sistema de calendario. Los pueblos sumerios basaban su vida en la observación de los astros: la luna, el sol y las estrellas. Los sacerdotes y astrólogos sumerios establecieron un calendario lunar para medir el tiempo.
El calendario babilónico era lunar, pero a ciertos años le añadían un mes llamado Veadar. No todos los años incluían un décimo tercer mes, pero cuando sí lo hacía entonces era un año lunisolar. Esto traía como resultado que el calendario babilónico no tuviera siempre los mismos meses, algunos eran de 12 meses, otros de 13 meses.
A los egipcios se les reconoce como los primeros en la historia en usar el calendario solar. El egipcio es el calendario más completo y exacto del que hay registro para su época, el calendario solar egipcio estaba basado en la salida de la estrella Elica de Siria.
Los griegos adoptaron el calendario unisolar, ellos aportaron un gran avance en la forma de registrar el tiempo al incluir años en el calendario. El año del almanaque griego era de 354 días fraccionados en 12 meses de 29 o 30 días. Los griegos procuraron basar su almanaque en un período que tuviera un número preciso de años, el ciclo metónico.
El ciclo descubierto por Metón en el siglo V a E.C., es un periodo de 19 años. Al final de estos, la luna nueva y la llena se ajustan en los mismos días del año solar. Aunque el ciclo de Metón no se usó de base para hacer práctico al almanaque griego, sigue siendo importante hoy para estipular ciertas festividades religiosas.
Primer calendario solar
El primer calendario solar se le atribuye a los egipcios y data del año 4200 a E.C. Estaba estructurado en 12 meses de 30 días cada uno. El día estaba separado en 24 partes que correspondían a 24 horas, a su vez el día y la noche se dividían en 12 partes cada uno. Este almanaque es uno de los aportes más grandes del imperio egipcio a la humanidad.
Los egipcios fueron los primeros en la historia en usar el calendario solar, sin dejar de usar el calendario lunisolar. Aunque los egipcios tenían muchas deidades y sentían fascinación por la astrología, basaron su calendario en la agricultura.
Egipto era una tierra netamente agrícola y su vida giraba en torno al rio Nilo, por eso el origen del calendario egipcio fue agrícola. Los tiempos del gran rio Nilo ordenaban la estructura del calendario agrícola y laboral egipcio.
Había tres épocas de cuatro meses cada una: inundación (Akhet), aparición (Peret) y la sequía (Shomu). El año lunar egipcio era de 12 meses de 30 días cada uno y a cada año se le añadían 5 días para adecuarlo al año solar o civil.
Calendario Juliano
En el año 46 a.C. el gobernante romano Julio Cesar determinó una modificación en el calendario lunar romano. Así comenzó el uso del calendario solar llamado Calendario Juliano.
Este almanaque se basó en las deducciones del astrónomo griego Sosígenes. Este nuevo calendario solar estaba conformado por 12 meses distribuidos en 365 días que constituían un año que iniciaba el primer día de enero.
El calendario Juliano dio origen a los años bisiestos cada 4 años. A estos años cuatrienales se les cargaba un día más para suplir el retraso con relación al año solar. El año medio del calendario Juliano era casi 12 minutos más extenso que el año solar real. Por ese motivo, en el siglo XVI ya había un desfase de 10 días completos.
Calendario Gregoriano
Para corregir el desfase del Calendario Juliano, en el año 1582 E.C. El Papa Gregorio XIII hace una modificación y nace así el calendario gregoriano. La revisión implicaba el establecimiento de los años que continuarían siendo bisiestos, solo años múltiplos de cuatro, excepto los terminados en dos ceros.
El papa Gregorio XIII usa su autoridad para emitir una bula papal que corrigió el desfase de 10 días del calendariojuliano. El nuevo calendario gregoriano entró en vigor el día 15 de octubre de 1582.
El almanaque o calendario gregoriano es el más usado en el mundo, y hoy sirve de base a la mayoría de las fechas importantes que conocemos.
El fascinante calendario Maya
Los mayas forjaron sus creencias en un calendario, la cultura maya al igual que la egipcia, manejaba dos calendarios. Un almanaque ceremonial llamado Tzolkín y un almanaque civil llamado Haab, este era un calendario solar de 365 días. El calendario solar maya estaba formado por 19 meses, 18 de estos eran de veinte días y 1 mes de 5 días.
Los mayas hicieron coincidir los dos calendarios a través de “la rueda calendárica”. Así, de manera magistral lograban integrar elementos de los dos almanaques para dar designación a cada fecha. El ciclo maya se repetía de manera perfecta cada 52 años.
Incluso en la actualidad, el almanaque maya sigue siendo objeto de investigación por su complejidad. Una de sus características más fascinantes son los cálculos tan precisos de sincronizar el año solar. Las tablas mayas que describen los ciclos lunares y astrales dejan a los especialistas embelesados, por su exactitud y precisión.
Hasta la fecha, los arqueólogos no han encontrado un calendario maya completo. Por eso intentan descifrar el sistema calendárico maya basándose en los pocos libros mayas que han sobrevivido. El estudio de glifos que aparecen en antiguos monumentos mayas son testigos de que los mayas midieron con precisión asombrosa el paso del tiempo.
Calendarios antes de Cristo y después de Cristo
La distinción de las fechas en antes de Cristo (a.C.) y después de Cristo (d.C.) fue introducida al calendario gregoriano por Dionisio de Exiguo. Dionisio, un monje bizantino que se destacó como erudito y matemático nació en el año 460 E.C. Se le conoce por la introducción de la era cristiana para computar el tiempo.
El año cero no existe en el cálculo de tiempo antes de la era común y después de la era común. Los pueblos de la antigüedad, griegos, romanos y judíos no tenían ningún concepto del cero, por tanto, todo empezaba a contarse desde el 1.
Los romanos no conocían el cero, y Dionisio tampoco lo usó, la era común o cristiana comenzó en el año 1 no en el año 0. El calendario para los años antes de la era común contaba hacía atrás a partir del año 1, no desde un año cero. Es decir 1990 E.C. significa 1989 años completos desde el principio de la era común o cristiana.
El calendario y su aplicación en Japón
Los japoneses son famosos por ser industriosos e instruidos. En la cultura japonesa el calendario ejerce gran influencia en la toma de decisiones diarias. Casarse, tener hijos o viajar está determinado por el calendario.
Aunque en Japón el calendario occidental es de uso común, es en base al calendario lunar que se determina el tiempo favorable para cada proyecto. El almanaque tradicional japonés se basa en un ciclo sexagesimal y en dos juegos de símbolos: troncos divinos y ramas terrestres.
La permutación y combinación de los diez troncos divinos y doce ramas terrestres da lugar a la forma de contar el tiempo del calendario japonés. En el almanaque japonés los diez troncos divinos vienen dados por las versiones masculinas (Yang) y femeninas (Yin) de los 5 elementos. A los 5 elementos (madera, fuego, tierra, metal y agua) se le aplican el Yang y el Yin, resultando así los 12 troncos divinos.
Doce animales secuenciados vienen a representar las 12 ramas terrestres. Los animales son: rata, buey, tigre, liebre, dragón, serpiente, caballo, oveja, mono, gallo, perro y jabalí.
¿Cómo funciona este calendario?
El calendario inicia con la combinación del primer tronco y la primera rama, luego el segundo tronco con la segunda rama. Es decir, inicia con el año madera-yang-rata, el segundo sería el año madera-yin-buey, el tercer ciclo sería el tercer tronco con la tercera rama. Y así en sucesivo, son 60 combinaciones que dan origen al período sexagesimal del calendario japonés.
La evidente conexión del almanaque japonés con los astros y los elementos de la tierra lo ha llevado a adquirir un significado supersticioso. Por ejemplo, muchos japoneses aún creen que una persona toma las características del animal representado en la combinación del año en que nace.
Los que consultan el almanaque tradicional japonés creen que algunos días del período son de suerte mientras, que otros días son “Gomunichi”, de mala suerte. En Japón antes de cualquier proyecto importante es necesario mirar el calendario, solo para asegurarse de que el “día es propicio”.
Calendario hebreo
El primer calendario hebreo generalizado que se conoce viene del siglo IV E.C. y se le atribuye a la obra de Hillel II. En este almanaque judío se especificó cuáles debían ser los años de 13 meses, lo cual ocurriría cada ciclo de 19 años. Este es el ciclo que se atribuye a Metón, y a la influencia de los babilonios quienes conocían este período antes que los griegos.
Los meses del almanaque judío se contaban partiendo del novilunio a la siguiente luna nueva, de hecho, la palabra hebrea para mes es “jódhesch”. Esa palabra hebrea también se traduce como luna nueva. Según el antiguo calendario judío el año corría desde otoño, el mes de arado y la siembra, y terminaba con el mes de cosecha.
En 1908 se encontró en Guezér un primitivo calendario judío, único en su estilo. Fechado según los cálculos en el siglo X a E.C. Este calendario conocido como el calendario de Guezér es una tablilla de piedra caliza que contiene un resumen del año agrícola judío. Muchos arqueólogos piensan que este calendario no es más que un año judío visto a través de los ojos de un muchacho de aquel entonces.
El punto de partida que los judíos tomaron para iniciar su calendario es el tiempo que ha transcurrido desde la creación del mundo en adelante. Según el sistema judío la “creación del mundo” tuvo lugar hace 5.779 años.
Datos curiosos sobre los calendarios
El mes de febrero tiene 28 días porque los romanos hicieron un cambio. El parlamento romano en distinción a Julio Cesar agregó un día al mes de julio en el almanaque. Por su parte, el emperador Augusto también sumó un día al mes de agosto en honor a él mismo. Estos dos días fueron retirados del mes de febrero para que el almanaque romano no se desfasara.
El calendario romano instaurado por Rómulo ejerció una gran influencia en el calendario gregoriano que se usa hoy en la mayor parte del orbe. El nombre de los meses, tal como los conocemos hoy, tienen su origen en deidades de la antigua Roma.
En el calendario musulmán la expresión antes era cristiana (a.E.C) es Anna Hegirae o año de la inmigración. La inmigración o hégira del profeta Mohamed en el año 622 E.C. está señalada como la fecha de inicio del almanaque islámico. Podemos determinar que el año 622 de nuestra era común o cristiana es el año 1 del calendario islámico (1 A.H.).
El calendario chino calcula el tiempo a partir del año 2698 a.E.C., según la historia fue el año que comienza el reinado del emperador Huang-Ti. De modo que el año 2020 E.C. del calendario gregoriano se corresponde al año 4.718 del almanaque lunar chino.
Se calcula que en el mundo actual se emplean unos 40 calendarios diferentes.
Desde la antigüedad, el almanaque ha estado ligado a los astros y las prácticas supersticiosas. En algunos lugares, el calendario todavía controla la vida cotidiana de la gente y muchos lo consultan intentando determinar qué les traerá la suerte ese día.
Referencias:
www.historiando.org/historia-del-calendario/
http://etimologias.dechile.net/?calendario
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