Gracias a su sistema educativo de calidad, Corea del Sur busca y promueve la excelencia sin forzar el aprendizaje. También es uno de los países asiáticos con mejores resultados en la implementación de estrategias pedagógicas.
Las instituciones de Corea del Sur son mayormente privadas con un alto porcentaje de solicitud de admisión. La diferencia entre las instituciones privadas y públicas no es mucha, ya que el Estado se encarga de mantener en orden y regla cada aspecto de ellos.
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Impulso de la educación surcoreana
Luego de que Corea del Sur se liberará de los japoneses en 1945, se estableció como objetivo principal impulsar la sociedad bajo un nuevo sistema educativo. Las personas pasarían de una cultura pobre a una de las más cultas y reconocidas mundialmente.
Al generar un mejor capital humano, el porcentaje de analfabetismo descendió sorpresivamente. Esto generó que las personas se sintieran apasionadas por la educación, y nuevas estrategias surgieron de ello.
Se comenzó a promover la educación de forma gratuita y se mantiene hasta la actualidad. El derecho a la educación es innegable para todos los niños y jóvenes con edades comprendidas entre los 7 y los 15 años.
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Dicho período toma 6 años en la educación primaria y otros 3 en la secundaria. Es necesario presentar un examen al final para poder pasar la secundaria y obtener un diploma que los encamine a la universidad o el ámbito laboral.
Con el paso del tiempo, la cultura surcoreana ha ido en crecimiento constante para poner en alto el nombre del país. Esto se refleja en los profesionales que son exportados para trabajar en su mayoría en grades corporaciones.
Estudios y clases de excelencia
Los coreanos son conocidos por promover estándares muy altos en diversos aspectos culturales y sociales. La educación es uno de los tramos que recibe mucha atención, pues es el primer paso para comenzar a formar parte de la sociedad.
Dentro de las políticas educativas están los currículos de las escuelas. Estos son modificados cada 5 años con el fin de adaptarse al nuevo sistema educativo.
Por lo tanto, la preparación que recibieron los padres no será igual a la que reciban sus hijos. La inserción a la sociedad será más sencilla optimizando el entorno académico antes de llegar al laboral.
Durante el tiempo de estudio, los estudiantes reciben cerca de 10 horas de clase diarias. Estas se dividen en las clases diurnas de 6 a 7 horas, con un descanso que incluye la cena preparada en el centro educativo.
Luego los estudiantes son dirigidos a las clases particulares, las cuales duran entre 4 y 5 horas. Estas clases se toman en la hagwon o academia, y su objetivo es afianzar los conocimientos vistos en la mañana o reforzar alguna actividad extracurricular.
Puede parecer forzado, pero es un método que ha funcionado en su cultura por mucho tiempo. El sistema educativo demuestra que el esfuerzo constante y la motivación logran resultados asombrosos en los estudiantes de Corea del Sur.
Además tienen el apoyo de docentes capacitados, los cuales son de las personas más respetadas del país, al igual que en otros países como Japón o Finlandia. Estas personas tienen un muy buen ingreso económico y poseen una preparación de calidad.
Estrategias de aprendizaje
Aquí es donde se pueden mostrar algunas barreras entre las estrategias pedagógicas occidentales y orientales. La educación en Corea del Sur está muy enfocada en la memorización de contenidos y la velocidad de respuesta.
Al emplear varias horas del día al estudio, luego al repaso en clases particulares y con poco tiempo para el esparcimiento y la recreación, se crea una disciplina rígida. Generalmente este es un reto que muchos estudiantes del país deben afrontar en su día a día.
Sin embargo, el país ha dado un paso de apoyo para que los jóvenes puedan disfrutar de su tiempo fuera de clases. Esto fue fomentando el uso de la tecnología en las aulas.
La competitividad digital del siglo XXI alcanzó el nivel educativo de Corea del Sur, y dio paso a una nueva estrategia empleando tecnología en las clases. Gracias a ella, cada estudiante cuenta con acceso a la información, pero también brinda un espacio de entretenimiento con juegos didácticos.
Así se subsana el exceso de memorización por un poco de creatividad y diversión en clase. Su uso dentro del sistema educativo actual demuestra que plataformas digitales pueden funcionar para el aprendizaje.
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